EL PAÍS.- El disputado voto del señor Quevedo puede convertirse en una solución providencial al psicodrama de la investidura. No solo haciendo presidente a Mariano Rajoy, sino permitiendo al PSOE conservar su rechazo al líder popular.Seguir leyendo...
La extraña proeza se explica porque el diputado Pedro Quevedo, líder de Nueva Canarias, está y no está con el PSOE. Compartieron coalición en la circunscripción de Las Palmas de Gran Canaria, pero el acuerdo se desvanece en cuanto se produzca la constitución de las Cámaras. Y no por recíproca animadversión, sino porque el reglamento conduce a Quevedo al limbo heterodoxo del Grupo Mixto.
Una vez allí, el líder nacionalista canario puede destinar su voto donde considere conveniente. Y puede echarle una mano a Pedro Sánchez... votando a favor del PP o absteniéndose. Quiere decirse que la aparente deslealtad podría convenir a los socialistas, porque el preciadísimo sufragio de Quevedo en beneficio implícito o explícito de Rajoy permitiría al PSOE renegar del líder popular sin exponer la patria a una parálisis institucional ni atribuirse el embarazoso sambenito del obstruccionismo.
"La principal virtud de la democracia es que deja obsoleta la revolución"
"La revolución consiste en imponer tu fantasía política a todos los demás"
"Los científicos deberían ir a donde les lleve su ciencia, no sus ideas políticas"
"Pensar suele reducirse a inventar razones para dudar de lo evidente"
"No es una de las dos Españas la que nos hiela el corazón, sino la atroz semejanza entre quienes creen que hay dos"