«Todo esto es culpa vuestra. No habéis hecho nada y al final hemos llegado hasta aquí», y Manuel Valls se levantó y se marchó sin tomar el café. Marián Puig, uno de los principales y más prestigiosos empresarios de Cataluña le había invitado a cenar a su casa para que explicara su proyecto a sus amigos empresarios y a otros destacados personajes de la sociedad catalana. Estaban, entre otros, el economista Antón Costas, el exvicepresidente del Gobierno Narcís Serra, el notario Juanjo López Burniol, el empresario Emilio Cuatrecasas y Màrius Carol, director de «La Vanguardia».Seguir leyendo el artículo de Salvador Sostres...
Valls había acudido a la cena, tal como se le pidió, a explicar sus ideas y su proyecto para Barcelona, pero fue constantemente interrumpido por los asistentes, que le reprochaban su eventual implicación con Ciudadanos y se quejaban de la supuesta falta de capacidad de diálogo del Gobierno. «Os habéis pasado el aperitivo despotricando de los independentistas, y ahora que trato de explicaros lo que quiero hacer os quejáis del Gobierno y de España. Os quejáis de todo pero no habéis hecho nada. Sois la burguesía catalana, la élite del país, y no habéis hecho nada. Una burguesía que no lidera, que no guía, no es una burguesía: sólo es un club de petulantes y de ricos».
"La principal virtud de la democracia es que deja obsoleta la revolución"
"La revolución consiste en imponer tu fantasía política a todos los demás"
"Los científicos deberían ir a donde les lleve su ciencia, no sus ideas políticas"
"Pensar suele reducirse a inventar razones para dudar de lo evidente"
"No es una de las dos Españas la que nos hiela el corazón, sino la atroz semejanza entre quienes creen que hay dos"