El presidente en funciones de la Generalidad de Cataluña, Artur Mas, rompe todo lo que toca. Ha roto su partido, ha roto el país entre los que quieren la independencia sí o sí y los que no la desean y ahora ha roto a la CUP en dos mitades. Dos mitades tan exactas que parece hecho adrede. Se dirá, sin embargo, que no lo ha roto todo. Que ha forjado Junts pel Sí. Un espejismo de aluvión que solo sirvió para enmascarar unas elecciones autonómicas que Mas tenía perdidas, pero que tarde o temprano acabará por romper también.
En los interrogantes está el truco
Es decir, la probabilidad de que ocurra un empate considerando votos independientes y equiprobables no es tan baja. De hecho es la más alta de cualquier otro resultado individual (que no con el total, la probabilidad de que no sea empate es 100% – 1.44% = 98.56%). Podéis probarlo fácil, por ejemplo de que hayan salido 1500 de síes (o noes) y 1530 de lo contrario.