diumenge, 27 d’octubre del 2019

El gran dopaje de las cifras de manifestantes en Barcelona

Tras muchos años de contabilizar manifestantes, con los instrumentos que la era digital ha puesto a disposición de cualquiera, creo haber mostrado que los datos que publica la Guardia Urbana de Barcelona son sistemáticamente erróneos.

En el caso de manifestaciones consideradas políticamente correctas, que son aquellas que convoca el nacionalismo o la izquierda, las cifras no se limitan a un simple redondeo al alza sino que suelen triplicarse o, incluso, cuadriplicarse, según la ocasión, con total desprecio a las dimensiones físicas de calles y plazas.

Por el contrario, cuando se trata de manifestaciones 'fachas' o consideradas de derecha, que hay muy pocas, las cifras suelen ser muy bajas comparadas con las otras. Exactamente entre tres y cuatro veces menos. Es decir, que paradójicamente las cifras relativas a las manifestaciones políticamente incorrectas suelen ser las más fieles a la realidad.

Los dos últimos ejemplos de esa 'paradoja' los tenemos en la manifestación del pasado sábado, convocada por el independentismo, y la de este domingo, convocada por el constitucionalismo. Dado que las dos  manifestaciones han ocupado superficies no muy diferentes y con densidades similares, las cifras de asistentes no deberían diferir mucho.

Sin embargo, las cifras publicitadas son astronómicamente distantes.

A la manifestación separatista, la Guardia Urbana le ha adjudicado 350.000 personas (por primera vez con gran cabreo público de los convocantes).


Por el contrario, la asistencia a la manifestación constitucionalista la han estimado en 85.000 (los convocantes hablan de 400.000).


Aplicando nuestra metodología habitual, si miran los gráficos y hacen números verán que las cifras reales estarían en más de 90.000 para los independentistas y unos 81.000 para los constitucionalistas. Sin embargo, las cifras dadas oficialmente por la Guardia Urbana son de 350.000 manifestantes para los primeros, casi cuatro veces más, mientras que fija en 85.000 los asistentes a la manifestación de los segundos. Estimación que solo en este último caso se ajusta bastante a la realidad

Los constitucionalistas podrán alegar, con razón, muchos motivos que han desincentivado la participación. El primero de ellos, el miedo. El estallido de violencia de los CDR de la última semana habría sido disuasorio para muchos. El segundo, los cortes de carreteras y algunas vías férreas que han impedido llegar a Barcelona a una parte de manifestantes. El tercero, que ante la inminencia electoral algunos no han creído necesario manifestarse ahora ya que podrán hacerlo con más eficacia el 10N. Y el cuarto, los cambios en Societat Civil Catalana, que han sido vistos por ciertos sectores como un desplazamiento hacia la equidistancia o hacia los equidistantes.

Pero el hecho que no se hayan manifestado todos los que son, no cambia las cifras reales para nadie. Unas cifras que nos parecen muy pequeñas debido al dopaje al que han estado sometidas durante tanto tiempo. Tanto que nos han hurtado su verdadera dimensión.