TV3 recurrió a Ramiro García de Dios para ponderar la actuación policial en los disturbios independentistas que siguieron a la sentencia del 'procés'. Se trata de un ex juez, de ideología comunista, con un declarado sesgo anti policial y con un conflictivo historial de suspensiones y rehabilitaciones por actuaciones consideradas más parciales que garantistas. Y sin otra voz para contrastar sus opiniones. Es como si en 1977 el programa La Clave de TVE hubiese invitado solo a Blas Piñar para dilucidar responsabilidades en la matanza de abogados laboralistas de Atocha.
En la entrevista, García de Dios se despacha a gusto contra la policía, denunciando la existencia de un 'subsistema policial' que vulneraría sistemáticamente las garantías de los detenidos. Subsistema policial que acaba acotando a ciertas unidades antidisturbios de élite. Pero sobre todo, ataca al magistrado y actual ministro del Interior, Grande Marlaska, al que atribuye una "intensa miseria moral e intelectual" y califica de "autoritario, antigarantista y con mentalidad policial". Respecto a la sentencia del 'procés', la liquida diciendo que es "la música jurídica a la letra del 'a por ellos'".
El blog Mundo Criminal habló de él, hace unos años, en estos términos:
Un viejo conocido de las policías que actúan en Madrid es el Juzgado de Instrucción nº 6 de Plaza de Castilla, cuyo titular es Ramiro García de Dios Ferreiro (Palma de Mallorca, 1946). Los policías huyen de este juzgado y de los días en los que está de guardia como de la peste. A tal punto llega la inquina y el menosprecio que hace de todas las actuaciones policiales que se piensa en que pudo haber tenido algún tipo de problema personal con las Fuerzas del Orden en su día, acumulando ese rencor a lo largo del tiempo y trasladándolo en su actuación profesional de una forma muy parcial, justamente todo lo contrario de los que se busca en un juez.
Quizá tan solo se trate de un Juez excesivamente “progresista” y puntilloso en el cumplimiento de las garantías procesales. Lo cierto es que es miembro de Jueces para la Democracia (asociación minoritaria afín al PSOE) y que anteriormente fue juez en Bilbao y presidente de la Sección Primera Bis de la Audiencia Nacional. Al parecer, es uno de los abogados laboralistas de Atocha supervivientes que entró en la judicatura por el cuarto turno (¿sería este hecho el que le marcó?).
En 1999 fue investigado por el CGPJ tras negarse a que la policía interviniese en un alijo contra la droga en el ‘supermercado’ de La Rosilla. Tras un golpe policial, La Rosilla estaba rodeada. Los ‘yonquis’ sólo merodeaban dos casas para las que la policía solicitó permiso de entrada. Fue denegado. “No había pruebas suficientes”, señaló entonces García de Dios. La policía lamentó la falta de colaboración del juez. Por su parte el titular del 6º les acusa de “racismo institucional”. Diez días después, los policías tuvieron más suerte y lograron que otro juez se lo autorizara: encontraron droga en los domicilios señalados previamente. Y es que la policía siempre guarda la esperanza de que no le toque García de Dios por reparto. Su ‘fobia’ antipolicial llega hasta el punto de ordenarles que acudan a los juicios vestidos de paisano. Incluso ha llegado a suspender juicios por este motivo, denuncian los policías. También ha habido quejas entre los agentes porque no les permite pasar a la sala de vistas con sus pistolas reglamentarias.
En el año 2000, el Decanato de los Jueces de Madrid abrió un expediente informativo contra García de Dios para conocer por qué dejó en libertad a tres peligrosos delincuentes sin practicar ningún tipo de diligencia. Ya entonces estaba siendo investigado por la denuncia de otro magistrado. La actuación de García de Dios fue tan irregular que su compañero decidió denunciarle.
En noviembre de 2009 Ramiro García de Dios Ferreiro fue suspendido y separado de la carrera judicial por una resolución dictada por el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), por haber cometido presuntamente dos faltas graves en 2008. García de Dios recurrió este acuerdo del máximo órgano de gobierno de los jueces y fue finalmente rehabilitado en su puesto. Ramiro García de Dios ya fue suspendido de sus funciones durante un mes en el año 2002, por decisión del CGPJ. En una entrevista realizada en el diario la opinión de Coruña se refleja perfectamente su perfil ideológico.
“Yo procuro ser garantista”, es su lema y así lo demuestra día a día en sus actuaciones. Pero acto seguido se contradice reflejando su carácter imparcial. Dice textualmente: “Es llamativo que cuando se trata de imputados de alto copete se aplique el hipergarantismo y yo me temo que con el Gürtel pueda pasar como en el caso Naseiro y se anulen las escuchas probatorias”. Es decir, y dejando al margen el reproche que merece las actuaciones de los procesados en el caso Gürtel, en ciertos casos se considera garantista de los derechos de los procesados, pero en otros, cuando estos no son afines ideológicamente, no merecen tantas garantías y se puede proceder de forma más inquisitiva; por ejemplo pinchando teléfonos a los abogados mientras hablan con sus clientes. Pura contradicción y parcialidad. En la actualidad, además de su labor en el Juzgado de Instrucción nº6, realiza labores de supervisión judicial del CIE (Centro de Internamiento de Extranjeros) de Madrid.
Sería injusto generalizar y extender estas malas praxis a todo el colectivo o sistema judicial. Por fortuna existen jueces honrados y trabajadores cuyo único fin es tratar de satisfacer los intereses de la Justicia. Dando en unas ocasiones y denegando en otras, cuando así lo estiman en conciencia y con imparcialidad. En fin, otro día hablaremos de los abogados e incluso de los fiscales (si es que somos capaces de encontrar a estos últimos y saber a qué se dedican).