dilluns, 27 de gener del 2020

El deterioro del Delta del Ebro no es culpa de Gloria sino de la disminución del caudal de sólidos provocado por los embalses




El problema del deterioro del delta del Ebro viene arrastrándose de antiguo, lo que la tormenta Gloria no ha hecho más que exponer repentina y dramáticamente a la luz pública en toda su crudeza. Este es un gráfico, sacado del libro "El delta del Ebro, un sistema amenazado" (Carles Ibáñez; Narcís Prat; Antoni Canicio; Antoni Curcó, 1997). 
El gráfico muestra la disminución del caudal de sólidos arrastrados por el río entre 1877 y 1990 causada por la construcción de embalses que retienen los sólidos e impiden su llegada al delta, con lo que se impide su regeneración.

Por lo que he leído el caudal de sólidos actual se mantiene en unas ridículas 0,15 MMT/año, frente a las 30 MMT/año originales. El "cambio climático" tiene poco que ver en el retroceso del delta, pero lo fácil es echarle a él la culpa.

El mar siempre erosiona el delta, especialmente en las tempestades con fuerte oleaje. Si no se permite que el río aporte suficientes sedimentos el mar va poco a poco ganando la partida hasta acabar con el delta o reducirlo mucho de tamaño.| Guillermo Gefaell Chamochín 








diumenge, 26 de gener del 2020

Un bajo nivel de ingresos familiar y el desempleo masculino son la correlación más significativa de la violencia de pareja




Hilo de Pablo Malo
@pitiklinov


Algunos datos de EEUU sobre la relación entre violencia de pareja y nivel socioeconómico. Tomados de Decriminalizing Domestic Violence, por Leigh Goodmark
amazon.es/Decriminalizin…

Las mujeres con bajos ingresos están desproporcionadamente representadas entre las mujeres que sufren maltrato. Hasta 2/3 de mujeres con bajos ingresos han sufrido violencia de pareja
ncjrs.gov/pdffiles1/nij/…

Cuanto más bajos los ingresos de una mujer, mayor la probabilidad de sufrir maltrato: las mujeres que están por debajo o en el nivel de la pobreza sufren el doble de abuso que mujeres en el nivel 101 o 200 de pobreza.
academicworks.cuny.edu/cl_pubs/76/

Las mujeres con ingresos familiares inferiores a 10.000$ al año sufren 4 veces más frecuencia de violencia de pareja que mujeres con ingresos de 50.000$ año o superiores.


Economic Abuse in the Lives of Women Abused by an Intimate Partner: A Qualitative Study - Cynthia K. Sanders, 2015

This article presents qualitative findings of a study that examined the role of financial issues and economic factors in the lives of women who have experienced...
https://journals.sagepub.com/doi/abs/10.1177/1077801214564167?journalCode=vawa

Las mujeres con ingresos de 7.500$ o inferiores sufren 7 veces más violencia de pareja que mujeres con ingresos de 75.000$
academicworks.cuny.edu/cl_pubs/76/

Las mujeres con deudas importantes tienen un 75% más riesgo de sufrir maltrato que mujeres con poca deuda
ncjrs.gov/pdffiles1/nij/…

“El nivel de ingresos familiar es uno de las correlaciones más significativa, si no la más, de la violencia de pareja.”


When Crises Collide: How Intimate Partner Violence and Poverty Intersect to Shape Women’s Mental Health and Coping? - Lisa A. Goodman, Katya Fels Smyth, Angela M. Borges, Rachel Singer, 2009

Until recently, the connection between intimate partner violence (IPV) and persistent poverty had been largely ignored. Recent research indicates, however, that...

https://journals.sagepub.com/doi/10.1177/1524838009339754

Entre el 40-60% de la población de mujeres que reciben ayudas sociales sufre violencia de pareja en algún momento.



Domestic Violence in the Lives of Women Receiving Welfare: Mental Health, Substance Dependence, and Economic Well-Being - RICHARD M. TOLMAN, DANIEL ROSEN, 2001

Using data from a random sample of women from the welfare caseload in an urban Michigan county, the authors investigate the prevalence of domestic violence and

...https://journals.sagepub.com/doi/10.1177/1077801201007002003

Diversos estudios han encontrado que la violencia de pareja es más frecuente en parejas que viven en barrios con bajo nivel de ingresos.
ncjrs.gov/pdffiles1/nij/…
repository.law.miami.edu/umrsjlr/vol5/i…

Las tasas de violencia de pareja correlacionan con las de desempleo masculino. A mayor desempleo, mayor tasa de violencia.
ncjrs.gov/pdffiles1/nij/…

dissabte, 25 de gener del 2020

Con la reforma penal la izquierda busca su futura impunidad




Muchos se preguntan ¿por qué la izquierda radical y la socialdemocracia radicalizada está dispuesta no solo a reducir las condenas sino a rebajar e incluso suprimir tipos penales por los que han sido condenados los políticos catalanes? ¿Por empatía? Tal vez, pero sobre todo por precaución. La vía de la izquierda radical para tomar el poder es la misma que ha seguido el independentismo catalán. Simplemente la quiere transitar sin sufrir las mismas consecuencias.

La vía leninista hace tiempo que dejó de servir para la conquista del poder; como mucho es una reliquia ideológica para babeo de pijo marxistas. Es sobre la piedra del renegado Kautsky y las encíclicas carcelarias de Gramsci que la izquierda ha edificado su nueva iglesia: una democracia iliberal en la que el poder político esté apenas sujeto a la ley y permita imponer sin restricciones la 'voluntad política' de la simple mayoría parlamentaria.



Recupero a continuación un artículo en el que desarrollé esta idea en base a la experiencia de la 'vía chilena al socialismo' y que publiqué aquí hace dos años:






La 'vía democrática a la independencia', como en su día 'la vía democrática al socialismo', no son más que eufemismos de vías no armadas al golpe de Estado. No armadas porque se llega al poder a través de las urnas sin recurrir a la violencia insurreccional o revolucionaria. Y golpe de Estado porque la magnitud y la naturaleza de las transformaciones emprendidas desde el Gobierno no pueden llevarse a cabo sin quebrantar, tarde o temprano, el sistema legal y constitucional del Estado democrático de derecho.

Eso es lo que pasó en Chile en 1970. Durante casi tres años y con solo el 36% de los votos, Salvador Allende forzó y  violentó sistemáticamente las leyes y la Constitución para imponer un Estado socialista. El 22 de agosto de 1973, la Cámara de Diputados chilena aprobó por 81 votos contra 47 la Declaración de quiebra de la democracia. Un dramático S.O.S. pidiendo a todas las instituciones del Estado la restauración de la legalidad constitucional. Los izquierdistas se negaron y Pinochet aprovechó la ocasión no para restaurar el orden democrático sino para instaurar un régimen militar encabezado por él.

El drama chileno llevó a Enrico Berlinguer, entonces secretario general del Partido Comunista Italiano y líder 'in pectore' del eurocomunismo, a formular su famoso 'compromiso histórico', que entendía que los grandes cambios políticos y legislativos no podían hacerse unilateralmente, con mayorías simples y vulnerando la legalidad democrática, sino con grandes consensos y con compromisos estratégicos -en ese momento con la Democracia Cristiana- que permitiesen realizar cambios profundos sin romper las reglas del juego, evitando la violencia o la guerra civil.

En los últimos años, con el comunismo yaciendo en el basurero de la historia, el nacionalismo catalán, aparentemente situado en las antípodas ideológicas del marxismo-leninismo, resucitó la vía chilena con el objetivo de instaurar no el estado de clase sino un estado independiente. Inmunes a las lecciones de la historia, optaron por el camino golpista de Allende en lugar de por la sensata racionalidad democrática de Berlinguer.

A partir del 19 de diciembre de 2012, cuando Artur Mas y Oriol Junqueras firman el 'Acuerdo para la Transición Nacional', el nacionalismo catalán suelta amarras y emprende el camino a la secesión unilateral del Estado español. Los líderes nacionalistas de CDC, después de más de 20 años gobernando Cataluña y atrapados por la corrupción del 3%, parecen tener mucha prisa en lograr la independencia. Durante cinco años, violentan la legalidad una y otra vez. Y una y otra vez los Tribunales les tumban la mayor parte de sus decisiones. Pero ellos siguen adelante, sin reconocer otra autoridad que la suya propia.

Este proceso de forzar la legalidad llegó a su cenit el pasado mes de septiembre al aprobar el Parlament, vulnerando su propio reglamento y los derechos de la oposición, las leyes de desconexión del Estado español, con lo que la Generalitat se situó por completo fuera de la legalidad democrática, de la Constitución y del Estatuto. A esas leyes le siguió la celebración  de un referéndum ilegal el 1-O y una declaración de Independencia de la República Catalana. Ante estos flagrantes delitos la Justicia actuó, como no podía ser de otra manera en un Estado de Derecho.

Como escribe Roger Senserrich, 'La prioridad de Llarena no es defender “la unidad de España”; es defender mi derecho, y el de la mitad larga de la población catalana, a que la decisión más importante sobre el futuro de mi país no sea tomada por las bravas en un pleno parlamentario grotesco con una mayoría minúscula. El Tribunal Supremo no os oprime; me está protegiendo de vosotros (...) La voluntad de algo menos de la mitad de los catalanes es la secesión; la voluntad de algo más de la mitad de estos es seguir en España. El juez está metiendo a gente en la cárcel porque los primeros estaban imponiendo a los segundos sus ideas desde las instituciones, sin el más mínimo respeto al estado de derecho'.

El nacionalismo catalán -como ha evidenciado esa vergüenza ajena que es el presidente del Parlament, Roger Torrent- ignora que las Constituciones se crearon para limitar el poder de la mayoría, para someter al poder político a la ley y al derecho. Es por eso que no entienden que un juez pueda anular cualquier disposición, decreto o ley, ya sea aprobada por un presidente, un gobierno, un parlamento o por un referéndum, si es contraria, en todo o en parte, a la legalidad y a los preceptos constitucionales.

El nacionalismo se cree con el derecho a romper la legalidad si esta le impide alcanzar sus objetivos. Ese es el motivo por el que la izquierda radical apoya la impunidad legal de los políticos secesionistas. Hoy por ti, mañana por mi. Y es por eso que, una vez llegados al punto de ruptura, la vía democrática deja de serlo y se convierte en violencia. Esa violencia en la que Marx veía a la partera de la historia y estos ven la estelada como bandera 194 de las Naciones Unidas.

Cataluña se encaminó a la secesión sin que nadie supiera o quisiera impedirlo. Cataluña se encamina ahora a una guerra civil sin que tampoco nadie quiera o sepa evitarlo. El constitucionalismo ha dado prematuramente por muerto el 'procés', pero la serpiente ya ha salido del huevo. Algunos confían en que la 'lúcida cobardía' del pueblo catalán lo impida, pero una guerra civil es ante todo una guerra de retaguardia, una guerra de ajustes de cuentas, de delaciones, de odio y de chekas. Y ese clima guerracivilista ya ha eclosionado en Cataluña.

Como dice Miquel Giménez: 'negar la evidencia es también un síntoma de guerra civil, porque de todos es sabido que la primera víctima en cualquier guerra es la verdad. Los Mossos heridos son guerra civil. Las piedras, pintura, salfumán, botes de humo, lejía, palos, sillas de las terrazas, incluso algunos extintores que les arrojaron, son guerra civil. Los conductores intimidados por piquetes de cafres que cortan el tráfico y toman las matrículas de aquellos que no secundan, amenazándolos con gritos de “Sabemos quién eres, ya te pillaremos, hijo de puta”, son guerra civil. Los Mossos separatistas como el que participaba en las agresiones contra la policía autonómica, son guerra civil. TV3, dando todo el día consignas acerca de los sitios donde existen tumultos, casi invitando a la gente para que se sume, informando sesgadamente, lanzado soflamas en favor de los sublevados presos o detenidos, es guerra civil'.
¿Por qué se ha llegado a esto? La respuesta ahora es evidente: porque cuando el independentismo eligió hace cinco años la vía chilena al golpe de Estado nadie se lo tomó en serio ni nadie les plantó cara. Salvo gloriosas excepciones, entonces muy minoritarias. Se ha llegado a esto porque el iluminado de Puigdemont quiso ser Allende y no Berlinguer y nadie le paró los pies.


JOSEP M. FÀBREGAS




dijous, 23 de gener del 2020

Sánchez, primer presidente español multado por usar las instituciones para su propaganda electoral




ABC.- La Junta Electoral Central (JEC) ha impuesto una sanción de 500 euros al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y de 2.200 euros a la ministra de Educación, Isabel Celaá, por hacer un uso partidista de las instituciones en periodo electoral.

La Junta Electoral llamó la atención en varias ocasiones a distintos miembros del Gobierno por hacer campaña desde La Moncloa. Algo prohibido por la ley electoral, que establece en su artículo 50.2 la imposibilidad de que los poderes públicos utilicen las instituciones con fines partidistas en periodo electoral —desde que se convocan los comicios hasta que se cierran las urnas—.

Así, los ministros no podían utilizar La Moncloa como altavoz de sus intereses desde el 23 de septiembre, fecha en la que se disolvieron las Cortes y se convocaron elecciones; hasta el 10 de noviembre, día de la votación. No obstante, Isabel Celaá, entonces portavoz del Gobierno, aprovechó la rueda de prensa del Consejo de Ministros para lanzar consignas partidistas el 27 de septiembre.

Ciudadanos la denunció ante la JEC y, en aquella ocasión, el órgano solo advirtió a Celaá de las posibles consecuencias al no haber precedentes. Después, Carmen Calvo y María Jesús Montero cometieron el mismo error que Celaá y la JEC hizo extensivo el aviso a todo el Gobierno.

Llovía sobre mojado ya cuando Sánchez, haciendo caso omiso a las continuas advertencias de la JEC, ofreció una entrevista en La Sexta desde el Palacio de la Moncloa. Al presidente del Gobierno y a Celaá —que según apreció la JEC volvió a hacer un uso partidista de las ruedas de prensa del Consejo de Ministros—, esta vez tras una denuncia del PP, se les incoó un expediente sancionador que hoy por fin se resuelve.

Según determina el artículo 153.1 de la ley electoral, la multa oscila entre 300 y 3.000 euros en las sanciones que afectan a las autoridades públicas. Celaá, por reiteración, se ha quedado cerca del máximo que prevé la normativa.




dimarts, 21 de gener del 2020

Camille Paglia: 'No hay un Mozart mujer porque no hay un Jack el Destripador mujer'




EL MUNDO.- Cuando Camille Paglia era una insolente estudiante de 12 años, provocó una pelea monumental con una monja de su colegio católico de Syracuse (Nueva York). «Si Dios es infinitamente misericordioso, ¿es posible que algún día perdone a Satán?», inquirió la alumna a la religiosa, que enrojeció de impotencia ante tamaña insubordinación.

Aquel día, Paglia dejó la Iglesia Católica.

Aquel día, Paglia inició su trayectoria de polemista infatigable.

Y, desde aquel día, Paglia nunca ha esquivado los interrogantes más incómodos con una independencia de criterio que, en ocasiones, traspasa los límites de lo temerario.

Sólo unos ejemplos de los temas más candentes.

- ¿Cree en la discriminación positiva?

- No: es paternalista, condescendiente y, en último término, dañina para los grupos que pretende proteger, porque los convierte en víctimas.

- ¿Qué opina del #MeToo?

- Lo que empezó como un movimiento para defender a las mujeres ha derivado en un mecanismo estalinista, incompatible con la democracia.

- ¿Tiene algún límite la libertad de expresión?

- Cualquier restricción a la libertad de expresión es inherentemente malvada.

La pionera del feminismo (Nueva York, 1947) responde el teléfono desde Philadelphia para hablar, entre otras cosas, de Sexual Personae, su primer libro, que cumple ahora 30 años y que se reedita en España (Deusto). Aquel sesudo ensayo de casi 1.000 páginas sobre la sexualidad y el desarrollo de la cultura en Occidente la consagró como la voz más airada de una de las corrientes del feminismo: la que huye de «la victimización» de las mujeres y apuesta por la «asertividad» y el ejercicio desprejuiciado de las libertades de la civilización occidental.

El libro, rechazado por siete editoriales antes de publicarse, cosechó tantos elogios -de Gore Vidal a David Bowie- como críticas del feminismo de nueva ola. Gloria Steinem llegó a compararlo con el Mein Kampf y a su autora con Hitler. «En vez de aplaudir a una mujer que, a sus 43 años, por fin conseguía publicar un libro tan ambicioso, se dedicaron a lapidarme», recuerda Paglia. «Esto demuestra la hipocresía del feminismo: sólo aplauden tus logros si repites las consignas del movimiento, el pensamiento único que ellas difunden».

-Pero si usted misma lo decía en su libro: «Mi intención es no agradar a nadie y ofender a todo el mundo».

-¡Es cierto! (se carcajea).

El ensayo incluye sentencias claramente destinadas a escandalizar. Quizá la más célebre sea: «Si la civilización dependiera de las mujeres, aún viviríamos en chozas». ¿Aún defiende esta frase? «¡Claro! Todas las grandes estructuras, de las pirámides a los zigurats, son producto de la mente masculina. El feminismo se equivoca al tachar a los hombres como malvados, egoístas y violadores, cuando el propio feminismo no existiría sin la civilización y todos los maravillosos inventos que debemos a los varones: el coche, el ordenador, la lavadora... Sé que es una frase llamativa, pero ese es su propósito: atrapar la atención y hacer que la gente piense».

Desde luego, a Paglia le gusta sembrar la confusión. Se define como una atea radical, pero luce una estampita de Santa Teresa de Ávila en su despacho. Es una demócrata defensora del socialista Bernie Sanders, pero coquetea con el negacionismo climático. «Hay un estalinismo rampante en el mundo que no tolera a quienes no encajamos a la perfección en los moldes de la izquierda y la derecha y trata de machacarlos», se defiende Paglia.

Hoy, esta profesora de la Universidad de las Artes de Philadelphia se muestra especialmente preocupada por los alumnos que crecen en el pacato clima actual. Cuando ella era estudiante, en los años 60, los jóvenes eran «fanáticos de la libertad de expresión», a la que consideraban «el pilar de la civilización». «Ahora, en cambio, los jóvenes defienden todo tipo de límites y restricciones: les preocupa más que alguien hiera sus sentimientos que ser capaces de tener un debate libre sobre ideas», denuncia.

Paglia aún recuerda cómo en su infancia, cuando aún estudiaba en aquel colegio de monjas, la Iglesia publicaba una lista semanal de las películas aptas para los feligreses. Ahora, denuncia, vivimos una situación similar, aunque los censores hayan cambiado de bando: «La Iglesia ha perdido su poder, pero la han reemplazado los guardianes de lo políticamente correcto. ¿Liberales de izquierdas que defienden la censura? ¡Nos hemos vuelto locos! Su filisteísmo me resulta deprimente».

La izquierda, según Paglia, ha pasado de «cuestionar la autoridad» a erigirse en «guardianes de la moralidad» biempensante. Y se remonta a la Revolución Francesa para explicar cómo «todos los movimientos de liberación de la izquierda» arrancan con la defensa del individuo como uno de sus pilares y luego, «tras un extraño proceso orgánico», degeneran «en una tiranía»: «Ahora nos encontramos en ese momento, al menos en EEUU: el movimiento de las libertades civiles ha sido secuestrado por los burócratas de las universidades y los gobiernos».

Tal es su desesperación que Paglia, atea confesa, echa de menos el rol que ejercía la religión en la formación de los jóvenes. La fe, explica, proporcionaba una visión del mundo más profunda que el triunfante posmodernismo, que postula que nada tiene significado real, que todo es subjetivo y evanescente. Y, más allá aún, la desaparición de la religión deja un vacío que hace que algunos movimientos políticos -«como el propio feminismo»- estén adquiriendo los rasgos propios de un culto.

- Dicho todo esto, ¿aún se considera feminista?

- ¡Por supuesto! En 1963, con sólo 16 años, ya publiqué una carta en Newsweek en la que pedía la igualdad de derecho de las mujeres. De hecho, gran parte de mis críticas al feminismo moderno vienen de mi admiración por las pioneras del movimiento: Simone de Beauvoir, Amelia Earhart, las sufragistas que consiguieron el derecho al voto... En otras palabras: soy una feminista disidente a la que le gusta pensar de forma independiente.

En concreto, a Paglia le gusta definir sus ideas como «feminismo callejero» en oposición al «feminismo victimista» que predomina hoy. «Me opongo a definir cualquier grupo social como víctimas», afirma. «Soy una feminista de la equidad. Creo en la igualdad de derechos para todos. No creo en las cuotas, en las protecciones especiales ni en que ningún grupo que viva hoy sea depositario del sufrimiento que se infligió a sus antepasados».

- En el mundo de hoy, ¿es más difícil ser homosexual, mujer o negro que hetero, hombre o blanco?

- La vida es difícil para todos. Por su propia definición, la vida está limitada por la mortalidad y la vulnerabilidad del organismo...

- No me ha respondido. ¿Sí o no es más difícil?

- ¡Es que yo no veo la vida así! Vale, también es más difícil ser pobre que rico o tener polio que estar sano. Pero rechazo pensar que tu vida es más difícil por el daño que sufrieron tus antepasados. Mira, yo soy italoamericana, mi familia sufrió discriminaciones, pero jamás he pedido ningún tipo de estatus de víctima por ello.

- Hablemos entonces de discriminaciones presentes, como la brecha salarial...

- Todos los estudios demuestran que son una ilusión provocada por el tipo de trabajos que eligen las mujeres, que suelen estar peor pagados que los de los hombres.

- Igual es al revés: están peor pagados porque son de mujeres...

- Dejemos una cosa clara: dos personas que hacen el mismo trabajo deben cobrar lo mismo. Pero las estadísticas demuestran que las mujeres eligen trabajos más seguros, en entornos más cómodos y que les permiten conciliar...

- ...Habrá algún factor social que también explique la brecha salarial.

- Bueno, es cierto que los hombres piden que les suban el sueldo cada año y a las mujeres les da vergüenza. ¡Yo misma no he pedido un aumento en mi vida! Debemos enseñar a las mujeres a tomarse en serio su salario y a no avergonzarse por pedir que se las valore.

Paglia mantiene una postura similar sobre el #MeToo, detonante de la actual ola feminista. Las mujeres, asegura, deben aprender a defenderse ante cualquier conato de abuso sexual. «Muchas chicas no quieren ofender al varón, toleran las primeras insinuaciones y buscan protección cuando ya es demasiado tarde», dice. «Deben aprender a no sonreír, a no sonrojarse y a proyectarse como personas asertivas y que se respetan a sí mismas».

Un claro ejemplo, afirma, es el caso Weinstein: «Muchas de las denuncias empiezan con el relato de una cita de trabajo en una habitación de hotel y Weinstein, que era un cerdo, abría la puerta en batín. En ese momento, las mujeres se enfrentan a una decisión: entrar o no en el cuarto. Lo que yo digo como feminista es que tu carrera no es tan importante como tu dignidad personal, así que no aceptes una reunión de trabajo con un hombre gordo en un batín».

- Para empezar, las mujeres no deberían encontrarse nunca en esa situación, ¿no?

- Si suficientes mujeres empiezan a rechazar esos abusos con contundencia, los hombres dejarán de intentarlo. Así de simple.

- De hecho, muchos hombres han empezado a cambiar sus costumbres a raíz del #MeToo...

- En toda la historia de la Humanidad, los hombres intentan seducir y las mujeres eligen. Esto es así.

- Usted ya lo ha escrito: «La mujer es el sexo dominante. Los hombres tienen que hacer todo tipo de tonterías para demostrar que son dignos de la atención de la mujer»

- Sí. En esta cultura de la victimización, las mujeres no se dan cuenta del enorme poder del que disponen. Es muy fácil avergonzar a un hombre que se propasa. Basta con ejercer tu poder femenino para frenarles en seco.

- Entonces, ¿por qué sigue habiendo problemas?

- Antes los mundos de los hombres y las mujeres estaban separados. Ahora, la sexualidad y la vida laboral se entremezclan y mucha gente no es capaz de ver las situaciones con claridad. Sólo eso explica que una actriz se sorprenda cuando un productor en batín y fama de cerdo intente propasarse con ellas en un hotel.

- ¿Cómo se puede arreglar la situación?

- Si acaso irá a peor. En la era del smartphone, estamos tan habituados a comunicarnos por mensajes que ya no sabemos leer las caras del otro sexo.

- Y también hay hombres que no quieren leerlas...

- Sí, hay psicóticos sin capacidad de razonamiento moral. Las mujeres nunca deben ponerse en una posición vulnerable con un hombre desconocido. Una de mis frases más famosas es: «No hay un Mozart mujer porque no hay un Jack el Destripador mujer». La mente masculina es radical, tanto en su genialidad como en su capacidad para hacer el mal. Y ambas están vinculadas: los grandes artistas son, en cierto modo, rompedores de leyes.

Con eso Paglia se despide, no sin antes desear suerte a su admirado Pedro Almodóvar en los Oscar. «Ni sé cuántas veces he visto Mujeres al borde... y cuantas veces me vienen a la mente escenas de la película. ¡Es sensacional!».


GONZALO SUÁREZ | El Mundo

[https://www.elmundo.es/…/01/20/5e23338921efa0fb078b45ec.html]

dilluns, 20 de gener del 2020

Los niños tratados por problemas con la "identidad de género" han aumentado un 400% en Reino Unido en 5 años




QUILLETTE.- En los últimos cinco años, ha habido un aumento del 400 por ciento en las derivaciones al Centro Tavistock en el norte de Londres, la única clínica del Servicio Nacional de Salud (NHS) en Gran Bretaña que trata a niños con problemas de desarrollo de identidad de género. Durante este período, también ha habido un cambio brusco en la composición de los niños que buscan tratamiento. Anteriormente, una mayoría significativa de pacientes habían sido niños de hombres a mujeres. Ahora, una mayoría significativa son mujeres biológicas que afirman tener una identidad de género masculina, a menudo después del rápido inicio de la disforia de género en su adolescencia.

No entendemos completamente lo que está sucediendo en esta área compleja, y es esencial examinar el fenómeno de manera sistemática y objetiva. Pero esto se ha vuelto difícil en el entorno actual, ya que el debate se cierra continuamente en medio de acusaciones de transfobia. Como argumenté en mayo de 2019 en la presentación ante la Cámara de los Lores, este régimen de facto de censura está perjudicando a los niños.

Aquellos que abogan por un enfoque incuestionable basado en la "afirmación" para los niños transidentificados a menudo afirmarán que cualquier retraso o duda en ayudar a la transición de género deseada de un niño puede causar un daño psicológico irreparable y posiblemente incluso conducir al suicidio. También suelen citar investigaciones que pretenden demostrar que un niño en transición puede esperar niveles más altos de salud psicológica y satisfacción con la vida. Ninguna de estas afirmaciones se alinea sustancialmente con datos sólidos o estudios en esta área. Tampoco se alinean con los casos que he encontrado durante décadas como psicoterapeuta.

Durante la década de 1980, evalué los parasuicidas para adultos (intentos de suicidio aparentes o gestos suicidas). Varios de mis pacientes habían pasado por una cirugía de reasignación de género, y a menudo estaban enojados por la pérdida de su funcionamiento sexual biológico. También estaban agraviados con profesionales psiquiátricos, quienes, creían, no habían investigado adecuadamente las dificultades psicológicas subyacentes asociadas con la disforia de género.

Como psicoterapeuta, consulté con varios servicios de salud mental que manejaban pacientes que exhibían comportamientos desafiantes. Observé que los pacientes que tenían antecedentes de enfermedad mental o trastorno de personalidad graves y duraderos a veces también desarrollaban disforia de género. Un tema común en sus presentaciones fue la creencia de que los tratamientos físicos eliminarían o resolverían aspectos de sí mismos que les causaban dolor psíquico. Cuando tales intervenciones médicas no lograron eliminar sus problemas psicológicos, la desilusión podría conducir a una escalada de autolesiones e ideas suicidas, ya que el resentimiento y el odio hacia ellos mismos se manifestaron en relación con sus cuerpos.

Un joven, que tenía un diagnóstico de esquizofrenia, temía su propia agresión, ya que una vez había amenazado a su madre (de quien confiaba para cuidarlo) con un arma. Después de que lo traté durante varios meses, durante los cuales exploró su miedo a su propio temperamento explosivo, de repente anunció que quería cambiar de sexo. No había evidencia previa de disforia de género mencionada en sus notas o en sus consultas conmigo.

En ese momento, la esquizofrenia era una indicación negativa para la cirugía de reasignación sexual. Sin embargo, el paciente fue evaluado rápidamente y atendido por Charing Cross Gender Identity Clinic. En mi opinión, cambiar de género probablemente fue una estrategia para inmovilizar su temperamento aterrador y el miedo a los arrebatos psicóticos (ya que las mujeres son estereotípicamente menos violentas y amenazantes). Le escribí a Charing Cross recomendando que se permitiera que la psicoterapia continuara, y que los tratamientos de reasignación de género se suspendieran, para poder abordar estos problemas más profundos. El equipo que trata al paciente indicó su desacuerdo y continuó con la derivación.

Mis preocupaciones en este campo se agudizaron en la primavera de 2018, después de que me retiré del trabajo activo como terapeuta y me uní a la Junta de Gobernadores de The Tavistock y Portman NHS, que alberga el Servicio de Desarrollo de Identidad de Género (GIDS) del Servicio Nacional de Salud. [La Clínica Tavistock antes mencionada es una instalación pública disponible para todos en el Reino Unido]. Casi tan pronto como me uní, me enteré de la creciente controversia sobre GIDS. Recibí una carta de un grupo de padres quejándose de que sus hijos habían sido acelerados a través de GIDS sin ninguna evaluación psicológica seria. La autora de la carta, una madre que representa a un grupo de padres, me escribió en mi papel de gobernador, y le respondí, haciendo circular copias de esa respuesta a otros gobernadores.

Casi al mismo tiempo, el Dr. David Bell, consultor sénior en el Tavistock & Portman NHS Trust y gobernador de Tavistock, fue abordado por 10 miembros del personal de GIDS (que representan aproximadamente una quinta parte del servicio con sede en Londres) que tenían preocupaciones éticas graves. similares a los expresados en la carta de los padres, que incluyen evaluaciones clínicas inadecuadas, pacientes que son presionados para intervenciones médicas tempranas y la incapacidad de GIDS de resistir la presión de los activistas trans. Como descubrí, esta no era la primera vez que se plantearon tales preocupaciones. Trece años antes, la psicoterapeuta Susan Evans (quien ahora es mi esposa) había planteado sus propias preocupaciones sobre la minuciosidad del proceso de evaluación por parte de algunos miembros del personal.

Como gobernador del Tavistock Trust, presencié personalmente los intentos de la administración del Trust de desestimar o socavar tanto el informe del Dr. Bell , que presentó a fines de 2018, como la carta de los padres. Esto incluyó acusar al Dr. Bell de ficcionalizar los estudios del caso que describió, cuestionar sus credenciales, retener su informe de ciertos gobernadores y evitar que asistiera a una reunión para discutir la respuesta del Director Médico a su informe.

He aprendido, a través de una larga experiencia en el manejo de áreas clínicas en el Servicio Nacional de Salud, que tales esfuerzos para descartar o desacreditar las preocupaciones serias sobre un servicio o enfoque clínico generalmente son impulsados ​​por aquellos que buscan evadir la responsabilidad y proteger sus métodos en las críticas. Tal enfoque defensivo y egoísta sería peligroso y objetable en cualquier contexto del NHS. Fue particularmente preocupante en el contexto de un servicio que trata a los jóvenes vulnerables en medio de decisiones que cambian la vida, a menudo irreversibles y que tienen consecuencias médicas desconocidas. Y así, en 2019, renuncié a la junta de gobernadores de Tavistock, en protesta por el fracaso del Fideicomiso para abordar las serias preocupaciones que el Dr. Bell y sus padres habían planteado.

Muchos profesionales de la salud mental comparten estas preocupaciones. Pero decirlo públicamente es difícil. Los periodistas que han investigado esta área informan que, si bien los entrevistados están dispuestos a hablar con confianza sobre sus preocupaciones, evitan ser nombrados, por temor a ser acusados ​​de intolerancia o ser objeto de reclamos de violación de derechos humanos. En un excelente libro de 2019, 'Inventing Transgender Children and Young People', los autores Heath Brunskell-Evans y Michelle Moore reunieron a una combinación de médicos y académicos experimentados para criticar ciertos enfoques de la disforia de género. En un paso extraordinario, GIDS amenazó con acciones legales contra el editor y exigió ver el libro antes de su publicación.

Lo que es peor, algunas organizaciones líderes, como la Academia Estadounidense de Pediatría (AAP), se unieron al esfuerzo para suprimir puntos de vista pasados ​​de moda, cuya declaración política sobre el tema -'Garantizar la atención integral y el apoyo para niños y adolescentes transgénero y con diversidad de género'- fue desacreditada mordazmente en un artículo de revista revisado por pares recientemente publicado por James Cantor. "Aunque casi todas las clínicas y asociaciones profesionales en el mundo usan lo que se llama el enfoque de espera vigilante para ayudar a los niños con diversidad de género (GD), la declaración de la AAP rechazó ese consenso, respaldando la afirmación de género como el único enfoque aceptable", escribe Cantor. El enfoque de la AAP, como el implementado por muchos médicos en GIDS, parece estar impulsado más por la ideología política que por las necesidades clínicas de presentar a los niños.

En parte, esta tendencia está enraizada en la idea caprichosa de que todos, incluidos los niños, tienen una identidad de género innata, similar a un alma religiosa, que uno descubre y nutre. Pero como los autores William J. Malone, Colin M. Wright y Julia D. Robertson escribieron recientemente en Quillette , el concepto de identidad de género es dudoso:

Este término comúnmente se define para significar el sentido "interno, profundamente sostenido" de si uno es hombre o mujer (o, en el caso de los niños, un niño o una niña), ambos, o ninguno. También se ha vuelto común afirmar que este sentido de identidad puede ser articulado de manera confiable por niños tan pequeños como de tres años . Si bien estas afirmaciones sobre la identidad de género no atrajeron un escrutinio sistemático al principio, ahora se han convertido en objeto de críticas por parte de un número creciente de científicos, filósofos y trabajadores de la salud. Los estudios de desarrollo muestran que los niños pequeños solo tienen una comprensión superficial del sexo y el género (en el mejor de los casos). Por ejemplo, hasta los siete años, muchos niños a menudo creen que si un niño se pone un vestido, se convierte en una mujer. Esto nos da razones para dudar de si existe un concepto coherente de identidad de género en los niños pequeños. En la medida en que exista tal identidad, el concepto se basa en estereotipos que fomentan la fusión de género con sexo.

Es cierto que los terapeutas no deberían tratar de imponer su idea de lo que es "normal" a un paciente que cree que él o ella es trans. Tampoco deberían participar en un intento de convertir al individuo a su forma de pensar. Sin embargo, como en todos los contextos, el terapeuta debe resistir la tentación de suspender la curiosidad, aceptar acríticamente la presentación del paciente al pie de la letra y luego actuar como un animador "afirmativo" para actos de transición que cambian la vida. Más bien, el objetivo de la terapia exploratoria debe ser comprender el significado detrás de la presentación de un paciente para ayudarlo a desarrollar una comprensión de sí mismo, incluidos los deseos y conflictos que impulsan su identidad y elecciones.

Hasta cierto punto, la extrema deferencia que ahora se muestra a los niños trans-presentadores puede estar vinculada al cambio más general en la forma en que los médicos y otras figuras de autoridad se perciben en la era de Internet. Si bien esas figuras de autoridad alguna vez tuvieron una amplia licencia para evaluar a sus pacientes de acuerdo con su experiencia, tal "vigilancia" ahora se considera como controladora e incluso represiva. Muchos pacientes ahora ven la visita de un médico a través del lente de la cultura del consumidor, por lo que el cliente siempre tiene la razón.

Cuando los médicos dan siempre a los pacientes lo que quieren (o piensan que quieren), las consecuencias pueden ser desastrosas, como hemos visto con la crisis de los opioides. Y existe toda posibilidad de que el tratamiento médico inapropiado de los niños con disforia de género siga un camino similar. Es comprensible que los practicantes quieran proteger a sus pacientes del dolor psíquico. Pero las soluciones rápidas basadas solo en informes personales pueden tener trágicas consecuencias a largo plazo. Y ya, un número cada vez mayor de "desistors" trans (también conocidos como detransicionistas) están buscando la responsabilidad de los profesionales médicos que habían sellado sus reclamos trans. Y en 2019, cuando una mujer británica anteriormente transidentificada llamada Charlie Evans hizo público su desistimiento, fue contactada por "centendares" de otros 'desistors', y formó un grupo llamado The Detransition Advocacy Network para darles voz y apoyo en un ambiente polémico dominado por la ideología trans dogmática.

En el NHS, los médicos generalmente están obligados por ley a discutir los efectos negativos graves de cualquier tratamiento ofrecido. Sin embargo, el tema de la disforia de género parece estar fuera de las reglas habituales que rigen la práctica médica. Muchos involucrados en este campo han comentado el hecho peculiar de que, a pesar de la extraordinaria preocupación por la abstracción del género que inunda esta área, hay poca discusión sobre la realidad de carne y hueso del sexo y la reproducción.

Un clínico entrevistado por el Times de Londres informó que se desanimó incluso de preguntar a los pacientes sobre estos temas: "Preguntaría con quién querían tener relaciones, pero la alta gerencia me dijo que el género está completamente separado del sexo". Sin embargo, parte de la lucha del desarrollo en la adolescencia requiere que aceptemos la realidad de quiénes somos, incluida nuestra sexualidad natal y los diferentes roles que se nos exigen en la reproducción. Hay todo tipo de ansiedades asociadas a estas actividades y al funcionamiento del cuerpo, ansiedades que pueden ser tan severas como para distorsionar nuestro sentido del yo. Como ha señalado el Dr. Cantor, los estudios disponibles muestran que la mayoría de los niños preadolescentes que se presentan como trans eventualmente vuelven a una identidad acorde con su sexo biológico. Sin embargo, muchos de estos niños (y sus padres) parecen recibir poca información sobre cómo se verán afectadas sus vidas si continúan con la transición. En palabras de una joven que pasó por esto: "Se habla mucho sobre política de género y nada sobre las realidades físicas involucradas en la transición".

Con los menores, los padres pueden expresar el consentimiento informado para el tratamiento médico en general. Pero estas decisiones generalmente se toman cuando un niño tiene una enfermedad física potencialmente mortal o requiere cirugía. Confiar en el consentimiento informado con respecto a las intervenciones médicas basadas en el género con consecuencias para toda la vida, cuando nadie puede estar seguro de lo que pensará el niño dentro de 10 años, es más cuestionable. La idea general de tratar la disforia de género médicamente es cambiar el enfoque del problema de la mente al cuerpo. Pero aunque las creencias pueden cambiar, los efectos de tales intervenciones médicas pueden ser irreversibles.

Es sorprendente observar cómo ciertos miembros del lobby proafirmación parecen estar tan seguros acerca de su enfoque, a pesar de la falta de datos de alta calidad. Y gran parte de los datos que existen no respaldan sus afirmaciones. Un estudio de 2011, por ejemplo, encontró que "las personas con transexualidad, después de la reasignación de sexo, tienen riesgos considerablemente más altos de mortalidad, comportamiento suicida y morbilidad psiquiátrica que la población general". Mientras que un artículo de 2018 que estudia el impacto de los bloqueadores hormonales concluyó que "la evidencia de baja calidad sugiere que los tratamientos hormonales para adolescentes transgénero pueden lograr los efectos físicos previstos", los autores también encontraron que "la evidencia con respecto a su impacto psicosocial y cognitivo generalmente es insuficiente".

En 2016, el Centro de Servicios de Medicare y Medicaid de EEUU revisó los estudios de resultados a largo plazo de la cirugía de reasignación de sexo. De los 33 estudios revisados, la mayoría tenía problemas metodológicos que hicieron que sus conclusiones no fueran confiables, y los estudios considerados confiables no mostraron mejoras sustanciales en el funcionamiento psicológico después de la cirugía de reasignación de género, a pesar del hecho de que la evidencia anecdótica sugiere un fuerte sesgo hacia la financiación y publicación de estudios que se alinean con enfoques basados ​​en la afirmación (y un esfuerzo compensatorio para enterrar datos que no admiten dichos métodos).

De hecho, varios estudios se han cerrado prematuramente tras la oposición expresada de los grupos de presión pro-trans y sus aliados en los medios. En 2017, la Universidad de Spa negó la extensión de la investigación realizada por el psicoterapeuta James Caspian en pacientes que buscan revertir los efectos de la cirugía de reasignación de género. "La razón fundamental dada", dijo , "fue que podría causar críticas a la investigación en las redes sociales, y las críticas a la investigación serían críticas a la Universidad, y también agregaron que era mejor no ofender a las personas".

Kenneth Zucker, un conocido investigador y líder clínico en la Clínica de Identidad de Género de Niños y Familias en Toronto, fue despedido en 2015 tras ser acusado de realizar "terapia de conversión" por activistas trans. Los reclamos resultaron infundados, y el Centro de Adicciones y Salud Mental, su empleador, acordó pagar al Dr. Zucker 586,000 dólares como parte de un acuerdo legal (y se disculpó "sin reservas" por el tratamiento que había recibido). Una investigación posterior exculpó por completo al profesor Zucker, y quedó claro que los activistas que exigían su remoción simplemente estaban enojados porque él ayudó a los niños a aceptar su biología antes de proceder a la transición (este es el llamado proceso de "espera vigilante", que la mayoría de los médicos responsables usan en todo el mundo).

En su informe a la Junta de Fideicomiso de Tavistock y Portman NHS, el Dr. Bell citó el alto porcentaje de pacientes que sufren disforia de género que también sufren otros problemas complejos, como trauma, autismo, antecedentes de abuso sexual y trastorno por déficit de atención. Este hallazgo es consistente con un creciente cuerpo de conocimiento que conecta el desarrollo de la disforia de género con factores psicológicos. Desde que renuncié a mi cargo en Tavistock, muchos padres han contactado conmigo para pedirme consejos sobre cómo identificar a los niños que a menudo tienden a exhibir uno o más de estos factores. Por lo general, a los padres les preocupaba que servicios como Tavistock fomentaran la idea de que los problemas de sus hijos podrían abordarse de manera integral simplemente cambiando el género.

También expresaron preocupación porque su hijo estaba siendo preparado por una gran cantidad de recursos de video en línea que instruyen a los niños sobre cómo superar cualquier obstáculo clínico nominal que puedan encontrar. Una característica cada vez más común de los niños que presentan disforia de género es una profunda participación en grupos de chat en línea que apoyan su sentido de dislocación, los alientan a ver las voces de moderación (incluidos los padres) como enemigos y que se hacen eco del lenguaje culto de la pro-anorexia y de sitios web pro suicidio. Al igual que en los cultos reales, se alienta a los seguidores a creer que toda su gama de problemas personales se puede resolver siempre que adopten un dogma general. "¿Te sientes dislocado de tu sexo, sientes que no encajas?", pregunta el Cielo Transgénero sitio web. "Aquí hay un grupo que comprende tus sentimientos de dislocación y confusión y puede ofrecerte una identidad que puede brindarte certeza y un sentimiento de pertenencia". O, como dijo un vlogger pro-trans en YouTube, "trans es una solución para sentirte una mierda."

"Mi experiencia en línea, después de haber sido afectada por ese nivel de pensamiento grupal, ese nivel de vigilancia moral y las constantes amenazas implícitas de exposición social y [ostracismo] me hicieron una persona intensamente introvertida y ansiosa", informó una mujer detransicionada sobre su experiencia en línea. “Me volví paranoico por motivo de las personas que me rodeaban: veía a mis padres como fanáticos porque Tumblr me lo dijo; porque aguantaron tanto tiempo para evitar que comenzara las hormonas. Cualquier persona que me confundió fue, según Tumblr, un enemigo. Un incidente, una 'ella', tuvo la capacidad de hacerme odiar absolutamente a alguien. La versión de la moral y la justicia de Tumblr me hizo sentir, como un adolescente impresionable e inseguro, que mi único lugar seguro estaba en mi cabeza, donde nunca me confundirían".

El influyente psicoanalista británico Roger Earlie Money-Kyrle describió una vez la dificultad que todos tenemos para asumir tres realidades distintas tradicionalmente asociadas con los hechos de la vida: (1) nuestra dependencia de nuestras madres en la infancia, (2) la diferencia entre los sexos y (3) la diferencia entre las generaciones. En conjunto, estas realidades nos presentan verdades dolorosas sobre nuestra dependencia de los demás, nuestras propias limitaciones personales y nuestra mortalidad. Incluso aquellos de nosotros que creemos que estamos bien ajustados y felices a menudo nos encontramos defendiéndonos inconscientemente de las implicaciones de estas realidades.

En algunos casos, estos mecanismos de defensa pueden hacernos cambiar radicalmente la forma en que nos presentamos ante el mundo. Pero la madurez y el crecimiento psicológico nos obligan a enfrentar, en lugar de evitar o tergiversar, la realidad de quiénes somos y quiénes no somos. Los mecanismos diseñados para negar o distorsionar la realidad pueden dañarnos al prevenir el desarrollo emocional. Por lo tanto, tiene sentido comprender nuestra relación con el sexo y su expresión en el contexto de nuestra lucha con estas realidades, en lugar de tratar el género como un tema completamente separado de la realidad biológica.

Los bebés generalmente confían en una figura materna atenta para traerlos al mundo y cuidarlos. Esta (con suerte) relación amorosa y afectiva proporciona una base para el desarrollo de la mente y el sentido de sí mismo de un bebé. El influyente pediatra y psicoanalista Donald Winnicott describió la relación de la madre con el bebé en esta etapa como una preocupación materna primaria . El hechizo de la preocupación materna se rompe cuando la realidad incide en forma de destete, y la madre vuelve al trabajo o tiene otro bebé.

La separación de la madre es una parte importante del desarrollo psicológico del bebé. Sin embargo, la separación psicológica y física puede ser experimentada como un trauma. Esto a su vez puede llevar a un deseo de poseer a la madre de alguna manera, o una queja hacia la madre, ya que al bebé le resulta difícil renunciar a la relación ideal representada por la principal preocupación materna. En un artículo reciente titulado 'Time and the Garden of Eden Illusion', el psicoanalista John Steiner describe la fantasía común de volver a una relación imaginaria e idealizada con la madre. Esta fantasía a menudo está relacionada, en general, con un tiempo, lugar o relación idealizados en la vida del paciente antes de que esa vida se vuelva más complicada o perturbadora.

Las realidades biológicas básicas y las diferencias entre sexos pueden provocar intensos sentimientos de exclusión en algunos miembros de la comunidad trans. Cada persona es diferente, pero algunas personas parecen creer que han sido traumáticamente excluidas de su género femenino legítimo, por lo que cualquier intento de las mujeres natales de excluirlas se experimenta como un ataque psicológico (como lo demuestran sus expresiones de ira a veces sorprendentemente intensas a las mujeres biológicas).

Creo que esta sensibilidad a la exclusión de los espacios femeninos a veces se relaciona con ansiedades y agravios inconscientes asociados con la separación traumática del cuidador primario. Esto ayuda a explicar por qué algunos miembros de la comunidad trans actúan como si su bienestar psicológico dependiera de su derecho a ingresar en cualquier espacio femenino, a pesar de que las mujeres biológicas pueden sentir que esto es intrusivo y amenazante.

El sexólogo estadounidense-canadiense Ray Blanchard acuñó el término autoginefilia para describir la propensión de un hombre a despertarse sexualmente por el pensamiento de sí mismo como una mujer. Pero incluso en los casos en que tales impulsos sexualizados están ausentes, una mujer trans puede ser impulsada por el deseo de establecer un reemplazo auto-encarnado para una madre (o figura materna). En mi experiencia clínica, tales defensas psicológicas contundentes dominan la mente y, por lo tanto, dificultan que la persona considere puntos de vista alternativos o estructuras psicológicas subyacentes.

Paralelamente a estos problemas de apego, a los niños también se les presenta la realidad asociada con sus limitaciones biológicas como niños o niñas. Esto puede provocar fijaciones o sentimientos de rivalidad con respecto al otro sexo. Como parte del desarrollo normal, el niño experimenta con diferentes formas de expresar su sexualidad y relacionarse con el sexo opuesto. Un niño tiene que aceptar el hecho de que tiene un pene y que eventualmente tendrá que penetrar a una mujer para crear un bebé. Una niña tiene que dejarse penetrar si quiere tener un hijo. La ansiedad causada por estos diferentes roles sexuales y sus diferentes requisitos puede causar angustia o ansiedad extrema, lo que luego conduce a una negación de la sexualidad. (Cuando a un niño que conozco le dijeron cómo se hicieron los bebés, él respondió que era asqueroso y que las personas podían salir lastimadas). La diferencia física entre los sexos puede ser experimentada como tan traumática que conduce a un intento de negar las diferencias sexuales por completo, ya que los hombres pueden envidiar a las mujeres sus capacidades reproductivas, mientras que las mujeres pueden envidiar la potencia y el poder percibido de un hombre en el mundo. Es un fenómeno humano universal con el que todos tenemos que luchar y resolver.

Esto puede ayudar a explicar la curiosa insistencia de algunas mujeres trans de que sus cuerpos biológicamente masculinos no les ofrecen ninguna ventaja competitiva en los deportes; o que sus cuerpos masculinos y su anatomía sexual no deben verse como una amenaza para las mujeres en espacios vulnerables como vestuarios y centros de crisis por violación. Tales delirios, a su vez, han alentado un extenso ecosistema académico de autodescritas especialistas en género que insisten en que la idea misma de separar a la humanidad en machos y hembras, la base de la reproducción sexual y, por lo tanto, la supervivencia de nuestra especie, de alguna manera se basa en un construcción artificial

Repito: cada caso es diferente, y las personas pueden llegar a su propia identidad trans por todo tipo de maneras. La naturaleza extraordinariamente compleja de su condición significa que los jóvenes disfóricos de género, en particular, necesitan acceso a médicos independientes que protejan los intereses a largo plazo de sus pacientes, en lugar de utilizar a sus pacientes para avanzar en una agenda ideológica.

Esto requiere que los médicos mantengan una distancia cercana a los activistas, para que puedan realizar evaluaciones verdaderamente independientes. Desafortunadamente, el informe del Dr. Bell citaba a varios miembros del personal en el sentido de que la gerencia del servicio GIDS de Tavistock parecía haber sucumbido a la presión de los activistas. Y un artículo en el Times describió a cinco ex miembros del personal de Tavistock que creían que “las organizaciones benéficas transgénero como las sirenas estaban teniendo un efecto 'dañino' al promover supuestamente la transición como una solución única para adolescentes confundidos”. Esto es obviamente problemático.

Un proceso de evaluación adecuado implica dos partes. En primer lugar, se debe utilizar un enfoque psicoterapéutico extendido para evaluar e intentar comprender el significado de la presentación del paciente. Es importante destacar que esto incluye una comprensión del contexto familiar y social en el que surgió cualquier trastorno. Además, implica una apreciación de los factores menos conscientes que subyacen a la identidad de género. Este difícil trabajo psicológico puede parecer amenazante, ya que a menudo desafía la convicción a menudo fuertemente sostenida de un individuo de que solo un cambio en la identidad sexual puede aliviar sus problemas.

En segundo lugar, la evaluación debe examinar el tema del consentimiento informado e incluir una discusión completa sobre las pérdidas y los riesgos involucrados en cualquier intervención activa que pueda comprometer el funcionamiento biológico. La cuestión de qué tan informado está el individuo con respecto a las implicaciones de la intervención médica debe verse como un indicador crucial. Por ejemplo, si el individuo no tiene ninguna preocupación sobre la perspectiva y los resultados, esta falta de preocupación debe clasificarse como un síntoma que debe investigarse, en lugar de simplemente una indicación positiva de la motivación del paciente.

También debemos recordar que los pacientes que presentan síntomas de disforia de género a menudo se disocian de su cuerpo natal, que sienten que contiene partes del yo no deseadas o inaceptables. La fantasía de que el individuo puede esculpir el cuerpo de acuerdo con sus deseos se suma (temporalmente) a la sensación de poder y control sobre el cuerpo y todo lo que contiene. Esto tiene similitudes con la dismorfia corporal, una condición por la cual el individuo se obsesiona con un defecto físico. Estas personas a menudo buscan cirugía estética con la creencia de que sus problemas se resolverán si se elimina la falla. Pero en el caso de la disforia de género, la intervención médica no puede erradicar por completo la realidad del género natal de un paciente. Esto puede conducir a una sensación de persecución.

Este sentido de persecución a veces conduce al odio hacia uno mismo, que puede convertirse en ideación suicida. En otras ocasiones, el odio se externaliza y el individuo comienza a sentir que está rodeado de personas que cuestionan la validez de su afirmación de ser su género elegido. Es evidente que los elementos agresivos del grupo pro-trans se están embarcando en una campaña diseñada para amenazar a todos los que retienen tal afirmación. Es como si creyeran que pueden curar sus propias dudas internas sobre la validez de sus afirmaciones de género si pueden controlar las opiniones de los demás, lo que ayuda a explicar los sentimientos extremos de trauma que experimentan cuando creen que se han enredado.

Esta batalla por la percepción ha comenzado a influir en el sistema legal en el Reino Unido y otros países que utilizan la autoidentificación como base legal para la clasificación. Y referirse al sexo biológico en lugar del género ahora puede clasificarse como un crimen de odio en lugar de una expresión que es objetivamente correcta.

Algunos padres me piden consejo cuyos hijos de repente anuncian que tienen disforia de género. Algunos me dicen que no confían en la atención de género que ofrece su proveedor de salud local. Les digo que cualquier indicio de que los médicos están presionando al niño en un programa de diagnóstico y tratamiento estrecho y único para todos debería ser visto como una señal de alerta. Pero esto es difícil porque los servicios de salud mental de los niños están adoptando enfoques basados ​​en la afirmación.

"Primero no hacer daño", debería ser lo menos que esperamos de quienes tratan a nuestros hijos. Sin embargo, en 2019, se reveló que el programa GIDS en la clínica Tavistock había reducido la edad a la que ofrece a los niños bloqueadores de la pubertad sobre la base de un estudio que, según más tarde se reveló, concluyó que "después de un año de tratamiento" se encontró un importante aumento de pacientes que habían nacido mujeres que trasmitian al personal que 'deliberadamente intentaban lastimarse o matarse a mí mismas'. El hecho de que los funcionarios de Tavistock ignoraran tal evidencia sugiere que han aceptado la idea de que la transición es un objetivo en sí, separado del bienestar de los niños individuales, que ahora están siendo utilizados como peones en una campaña ideológica.

Esto es lo opuesto al trabajo terapéutico responsable y afectuoso, que se basa en la necesidad de restablecer vínculos respetuosos pero amorosos entre la mente y el cuerpo. Tales son las normas en cualquier otra área de la práctica terapéutica. Y ya es hora de que rindan cuentas los ideólogos que han secuestrado la subcultura de género de la terapia.

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Marcus Evans Tweets @marcusevanspsyc. Es psicoanalista en la práctica privada y anteriormente se desempeñó como consultor psicoterapeuta y director clínico asociado del servicio para adultos y adolescentes en el Tavistock and Portman NHS Trust. Es autor de 'Making Room for Madness in Mental Health: The Psychoanalytic Understanding of Psychotic Communication'.


Artículo original en inglés. aquí

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Los hechos muestran que el calentamiento global no es un problema que justifique prioridad política alguna




Primero, la temperatura de la tierra ha aumentado a un ritmo microscópicamente lento. El conjunto de datos de la NASA para las temperaturas globales se remonta a 1880 y muestra que desde ese año, la temperatura de la Tierra ha aumentado solo 1.14°C.Un aumento de 1.14°C en 139 años se traduce en un aumento promedio de solo 0.008°C por año.

Segundo, una tierra más cálida salva vidas. En 2015, la revista médica The Lancet informó que, en todo el mundo, el frío mata 17 veces más personas que el calor. Un grupo de 22 científicos examinó más de 74 millones de muertes en los Estados Unidos, China, Brasil y otros diez países entre 1985-2012. Descubrieron que el frío causó el 7.29 % de esas muertes, mientras que el calor causó solo el 0.42 %. Y de estas muertes relacionadas con la temperatura, las "temperaturas moderadamente altas y bajas" causaron el 88.85 % de las muertes, mientras que las temperaturas "extremas" causaron solo el 11.15 %.

Tercero, mientras la temperatura de la tierra ha aumentado, la cantidad de muertes por desastres naturales ha disminuido bruscamente. En 2019, EMDAT, la International Disaster Database, informó que desde la década de 1920, el número de personas muertas anualmente por desastres naturales ha disminuido en más del 80 %. Y esto sucedió cuando la población mundial se cuadruplicó de menos de dos mil millones a más de siete mil quinientos millones.

Cuarto, la tasa de mortalidad por contaminación atmosférica mundial ha disminuido en casi un 50 %  desde 1990En 2019, el economista de la Universidad de Oxford Max Roser y la investigadora Hannah Ritchie informaron en Our World in Data que "desde 1990 el número de muertes por cada 100,000 personas casi se ha reducido a la mitad".

Quinto, cualquier impacto en la economía es probable que sea mínimo. En 2019, la Oficina Nacional de Investigación Económica estimó que si la temperatura de la Tierra aumentara en 0.01°C por año hasta 2100, un 25 % más rápido que en realidad desde 1880, el PIB total de EEUU en 2100 será 1.88 % más bajo de lo que habría sido.

Pero la Oficina de Presupuesto del Congreso en 2019 proyectó que en 2100, el PIB por persona será aproximadamente un 180 % más alto (basado en su proyección de una tasa de crecimiento potencial de productividad de la fuerza laboral real a largo plazo de 1.3 % anual). Entonces, incluso si la reducción que NBER estima se amortiza, el PIB por persona seguirá siendo un 178 % más alto.

NBER también hizo una proyección más extrema: si la temperatura de la Tierra aumenta en 0.04°C por año hasta 2100, cinco veces la tasa real desde 1880, el PIB total de EEUU será 10.52 % más bajo en 2100 de lo que sería de otra manera. Suena dramático, pero no lo es. Este escenario descabellado deja al PIB por persona un 170 % más alto.

En otras palabras, el ingreso por persona en 2100 será casi el triple del nivel actual, con independencia del calentamiento global.

Finalmente, restringir las emisiones de carbono para intentar detener el calentamiento global es el camino equivocado, incluso las restricciones más severas tendrán un impacto casi nulo en la temperatura de la Tierra. El climatólogo Patrick J. Michaels calculó que si los Estados Unidos eliminaran todas las emisiones de carbono, lo que no solo requeriría que los estadounidenses abandonaran los combustibles fósiles sino también que dejaran de respirar (para dejar de exhalar dióxido de carbono), solo reduciría el calentamiento global de manera insignificativa en 0.052°C para 2050.

No cometas el mismo error que los profetas del calentamiento global. Comprueba los hechos. El calentamiento global no ha sido dañino y no presenta ningún peligro para las generaciones futuras.

David M. Simon


Artículo original, aquí

divendres, 17 de gener del 2020

Paul Johnson: 'A diferencia de sus predecesores sacerdotales, los intelectuales no eran servidores e intérpretes de los dioses, sino sus sustitutos'


Paul Johnson
A lo largo de los últimos doscientos años la influencia de los intelectuales ha crecido sin cesar. En efecto el ascenso del intelectual laico ha sido un factor clave en la configuración del mundo moderno. Visto en la larga perspectiva de la historia es en muchos sentidos un factor nuevo. Es cierto que en sus encarnaciones anteriores como sacerdotes, escribas y augures, los intelectuales han afirmado su derecho a guiar a la sociedad desde el primer momento. Pero como custodios de culturas sacerdotales, ya fuesen primitivas o complejas, sus innovaciones morales e ideológicas estaban limitadas por los cánones de una autoridad externa y por la herencia de la tradición. No eran ni podían ser espíritus libres, aventureros de la mente. Con la decadencia del poder eclesiástico en el siglo dieciocho surgió un nuevo tipo de mentor para llenar el vacío y atraer la atención de la sociedad. El intelectual laico podía ser deísta, escéptico o ateo. Pero estaba tan dispuesto como cualquier pontífice o presbítero a decirle a la humanidad cómo manejar sus asuntos. Desde el primer momento proclamaba una devoción especial por los intereses de la humanidad y un deber evangélico de promoverlos por sus enseñanzas. Aportaba a esta tarea que se adjudicaba a sí mismo un enfoque mucho más radical que sus predecesores religiosos. No se sentía atado por ningún cuerpo de religión revelada. La sabiduría colectiva del pasado, el legado de la tradición, los códigos prescriptivos de la experiencia ancestral existían para ser seguidos selectivamente o rechazados en tu totalidad, según decidiera su propio buen sentido. Por primera vez en la historia humana, y con confianza y audacia creciente, los hombres se alzaron para afirmar que podían diagnosticar los males de la sociedad, y curarlos, usando sólo su propio intelectos: más aún, que podían idear fórmulas que no sólo la estructura de la sociedad sino también los hábitos de los seres humanos podían ser transformados para mejor. A diferencia de sus predecesores sacerdotales, no eran servidores e intérpretes de los dioses, sino sus sustitutos. Su héroe era Prometeo, que robó el fuego celestial y lo trajo a la tierra. Una de las características más marcadas de los nuevos intelectuales laicos fue el deleite con que sometían a la religión y a sus protagonistas al escrutinio crítico. ¿En qué medida habían beneficiado o dañado a la humanidad estos grandes sistemas de fe? ¿En qué medida estos papas o pastores habían vivido de acuerdo con sus preceptos de pureza y veracidad, de caridad y benevolencia? Los veredictos pronunciados sobre ambos, iglesias y clero, fueron duros. Ahora, después de dos siglos durante los cuales la influencia de la religión ha seguido decayendo y los intelectuales laicos han desempeñado un papel cada vez mayor en la formación de nuestras actitudes e instituciones, ha llegado el momento de examinar sus antecedentes tanto públicos como personales. 

Paul Johnson empezaba así su libro 'Intelectuales' en el que realiza una crítica biográfica personal e ideológica de doce de los grandes intelectuales del siglo XVII al XX. Son:

1. Jean Jacques Rousseau: «Un loco interesante»
2. Shelley o la crueldad de las ideas
3. Karl Marx: Bramando gigantescas maldiciones
4. Henrik Ibsen: ¡Al contrario!
5. Tolstoi: El hermano mayor de Dios
6. Las aguas profundas de Ernest Hemingway
7. Bertolt Brecht: Corazón de hielo
8. Bertrand Russell: ¡Al diablo con la lógica!
9. Jean Paul Sartre: «Una bolita de piel y tinta»
10. Edmun Wilson: «Salvado del fuego»
11. La conciencia inquieta de Victor Gollacz
12. Mentiras, malditas mentiras y Lillian Hellman
13. La huida de la razón [Intelectuales post II Guerra Mundial]

Y lo concluía así:

Hace alrededor de doscientos años que los intelectuales laicos comenzaron a reemplazar al antiguo clero como mentores y guías de la humanidad. Hemos observado un cierto número de casos individuales de aquellos que buscaron aconsejar a la humanidad. Hemos examinado sus credenciales morales y de criterio para esa tarea. En especial hemos examinado su actitud hacia la verdad, la manera en que buscan y evalúan las pruebas, y su postura no sólo ante la humanidad, sino ante los seres humanos individuales; la manera en que tratan a sus amigos, colegas, servidores y sobre todo a sus propias familias. Hemos mencionado las consecuencias políticas y sociales de seguir su consejo. ¿Qué conclusiones deberían sacarse? Los lectores juzgarán por sí mismos. Pero pienso que hoy en día detecto un cierto escepticismo público cuando los intelectuales se paran para predicarnos, una tendencia creciente entre la gente común a discutir el derecho de los académicos, escritores y filósofos, por eminentes que puedan ser, a decirnos cómo comportarnos y manejar nuestros asuntos. Parece generalizarse la creencia de que los intelectuales no son más sabios como mentores, ni más respetables como modelos, que los hechiceros o sacerdotes de antaño. Comparto ese escepticismo. Una docena de personas elegidas al azar en la calle es probable que nos den opiniones sobre asuntos de moral o de política por lo menos tan sensatas como las de un grupo representativo de los miembros de la clase intelectual. Pero yo iría más lejos. Una de las principales lecciones de nuestro trágico siglo, que ha visto tantos millones de vidas humanas sacrificadas en proyectos para mejorar el destino de la humanidad es: cuidado con los intelectuales. No sólo debería mantenérselos bien alejados de los resortes del poder, también deberían ser objeto de una especial sospecha cuando buscan dar consejo colectivo. Cuidado con los comités, conferencias y ligas de intelectuales. Desconfíen de las declaraciones públicas procedentes de sus filas apretadas. Denles poca importancia a sus juicios sobre líderes políticos o acontecimientos importantes. Porque los intelectuales, lejos de ser gente altamente individualista e inconformista, siguen ciertos patrones regulares de conducta. Tomados como grupo, son a menudo ultra conformistas dentro de los círculos formados por aquellos cuya aprobación buscan y valoran. Eso es lo que los torna, en 'masse', tan peligrosos, porque les permite crear climas de opinión y ortodoxias prevalecientes, que a su vez generan a menudo cursos de acción irracionales y destructivos. Sobre todo, siempre debemos recordar lo que los intelectuales habitualmente olvidan: que las personas importan más que los conceptos y deben ser colocadas en primer lugar. El peor de todos los despotismos es la tiranía desalmada de las ideas.






Scruton: 'El intelectual de izquierdas
desciende del sacerdote'

Bufones, impostores e incendiarios, así es como Roger Scruton, el filósofo conservador inglés, designa a los pensadores de la nueva izquierda posmoderna en su obra 'El error y el orgullo: pensadores de la izquierda moderna' (ediciones de L'artilleur, traducción de 'Fools, frauds and firebrands: Thinkers of the New Left', Bloomsbury Publishing, 2015), que acaba de aparecer en francés *. Unos son postmarxistas y ensalzan la revolución, mientras que otros han desertado del trabajador a la procura de más rentables vanguardias. Pero todos, según Scruton, tienen en común estar movidos por el resentimiento y elaborar razonamientos imperfectos, incluso abstrusos. El trabajo es colosal: Scruton esboza el apretado retrato de veinte pensadores, desde Hobsbawm hasta Habermas pasando por Sartre, Foucault y Deleuze, sin olvidar a Lukacs, Althusser, Badiou o Zizek. Al leerlo, se impone una conclusión: el siglo no fue deleuziano **, fue marxista. Y el marxismo no es sólo una teoría económica, sino una cosmovisión donde la acción política se pone al servicio de un ideal totalizador. ¿Cómo responder a esta utopía engañosa pero estimulante? Roger Scruton se ha dedicado a ello durante más de treinta años, oponiendo a la ilusión del Gran Día *** las instituciones heredadas, con su inevitable imperfección, pero también, de hecho, el anclaje y la protección que ofrecen a la persona. En un momento en que el pensamiento posmoderno todavía goza de una influencia notoria, Scruton nos ofrece un manual necesario de resistencia ante el 'error' y el 'orgullo'.

LE POINT: ¿Por qué esta ofensiva contra la izquierda y por qué ahora?

ROGER SCRUTON: Este libro es mi respuesta a la corriente principal de opinión desde la década de 1970 en la Universidad: la nueva izquierda. Mi punto de partida es el siguiente: ¿cómo explicar que las autoridades universitarias se sitúen en la izquierda y que los pensadores de derecha o liberales, que están mucho más cerca de la verdad que los marxistas, estén infrarrepresentados? En el Birkbeck College, década de los ochenta, yo como conservador formaba claramente parte de una minoría. Nadie simpatizaba con mi pensamiento. Entonces me pregunté qué tenían que enseñarme estos intelectuales de izquierda.

LP:¿Y qué sucedió entonces?

RS: Que no encontré gran cosa. Los marxistas viven en una nube, una nube creada por ellos mismos, por las distorsiones del lenguaje y por hábitos de pensamiento casi automáticos. ¿Cuál es el punto en común de estos pensadores de izquierda? Su punto de encuentro es la negatividad. A todos esos intelectuales no les gusta la sociedad en la que viven, porque ven injusticias, diferencias de clase y propiedad. Persuadidos de que son superiores a la gente común, consideran injusto tener que ganarse la vida como todos los demás, porque se creen acreedores al derecho de liderar los acontecimientos. Y les resulta frustrante que los acontecimientos sean dirigidos por políticos y empresarios, por la burguesía. Su primer deseo es, por lo tanto, nivelar o destruir. Siempre ha sido el punto de partida en las posturas de izquierda. Tan pronto como se percata de que está fuera de la normalidad burguesa, el intelectual de izquierda concibe la hostilidad hacia las tradiciones y las costumbres que sustentan la sociedad. Pretende subvertirlas para hacerse con el poder.

LP: Más de la mitad de los autores estudiados en el libro son franceses. ¿A qué lo atribuyes?

RS: El sistema educativo francés valora al intelectual independiente, no académico -el hombre de mundo que debe su influencia a su estilo y su mera presencia. Hay una posibilidad de hacer carrera para un intelectual en Francia, mucho mayor que en el Reino Unido, donde tienes que ser universitario y aburrido. Después de la guerra, fue el intelectual de izquierdas quien se benefició de esto en Francia. Otra razón, los franceses han experimentado la increíble crisis que supuso la ocupación. Los intelectuales estaban ansiosos por purificar y refundar la cultura francesa para escapar de ese pasado sombrío. En consecuencia, dirigieron su hostilidad hacia la burguesía y la Iglesia católica. En la década de los sesenta, en el contexto de las demandas sociales, su retórica se extendió a otros países, incluida Inglaterra.

LP: ¿No salva nada de dicho desastre?

RS: Admito que siempre he admirado a Sartre. Porque sabía escribir.

LP: Entre Sartre y Foucault, Deleuze y Badiou, ¿ve una continuidad o una ruptura?

RS: Hay continuidad entre Sartre y Foucault en el sentido de que, para ellos, el papel del literato es comprender y condenar a la burguesía.

LP: ¿No encontramos esa postura 'anti-burguesa' entre todos los pensadores que critica?

RS: Sí, pero los otros son más bien productos del Partido Comunista Francés, como Althusser. Althusser se caracteriza por una forma de estalinismo intelectual; elaboró un sistema cerrado, sin ninguna relación con el mundo. También mostró cómo uno puede ser marxista-leninista y sectario, siendo un intelectual de moda. Badiou, además de la influencia de Althusser, padeció la de Lacan, que introdujo el psicoanálisis y la costumbre de decir tonterías en la nueva izquierda. No se trata solo de detectarlas, sino de proponerlas como solución. Es un seudo pensamiento, pero actúa como una oración ritual. ¡Badiou, además, convirtio las matemáticas en metáforas!

LP: Siempre hay intelectuales dispuestos a creer en las teorías marxistas. ¿Cómo es posible?

RS: La única explicación, en mi opinión, es que se trata de un fenómeno religioso. La religión promete vida eterna, y todo lo que promete la religión es intangible. Estas filosofías siempre prometen algo para el futuro y, por lo tanto, los acontecimientos reales nunca pueden refutarlas, ya que el futuro aún no ha sucedido. En este sentido, el intelectual de izquierda moderno es descendiente del sacerdote. Esto se encuentra en Hobsbawm y todos los historiadores de la izquierda inglesa. Siguen comparando la imperfección del presente con la perfección del futuro. Ahora bien, es deshonesto pretender que todo sea imperfecto, porque siempre podemos mejorar las cosas puntualmente -en eso consiste ser conservador, y eso es lo que esta izquierda se niega a aceptar. En realidad, hay dos concepciones principales de la política. Según la que yo defiendo, la política no es toda la vida sino una pequeña porción de ella. Es un conjunto de prácticas por las cuales los hombres se ponen de acuerdo a pesar de la divergencia de sus intereses. Es un sistema de compromiso. La otra concepción de la política, que es la concepción exorbitante heredada de Lenin, inspirada a su vez por Marx pero también por la Revolución Francesa, y la del nazismo, es que la política es una visión completa que organiza la vida de todos y de la que todos participan. Esta visión ofrece una solución absoluta y final a los problemas de la comunidad. El resultado es siempre el mismo: caos y millones de muertes.

LP: Hoy, ciertas ideas de la nueva izquierda, por ejemplo, la 'justicia social', son mencionadas sin reservas por la derecha francesa o británica. ¿Es una victoria de la izquierda o, mas bien, la prueba de su desaparición?

RS: Es una victoria, porque el esfuerzo más importante de la izquierda ha consistido en apoderarse del lenguaje. La introducción de la expresión 'justicia social', que no significa nada, Hayek la analizó muy bien, y es desde este punto de vista un triunfo. Derechos humanos, justicia social, todas estas son versiones seculares de ideas religiosas. Por esta razón, son extremadamente tenaces y poderosas.

LP: ¿Ve a Jeremy Corbyn [líder del Partido Laborista] como una encarnación de estas teorías?

RS: Lo fascinante es que la izquierda sobrevive a todos los desastres. Porque se basa en dos motivaciones fuertemente ancladas en el ser humano: el deseo de una solución total y el resentimiento. Corbyn demostró esto en un discurso reciente: 'Represento una nueva visión, la de lo amable', dijo. Al decir esto, acusaba implícitamente a sus oponentes de maldad e inhumanidad. De hecho, es una forma suprema de agresión. Así es como se expresa el resentimiento de la izquierda: dado que me oprimes, estoy legitimado para expoliarte y meterte en prisión -todo ello en nombre de la amabilidad.

LP: Esa es una visión muy moralista de la política...

RS: Pero paradójicamente, también es inmoral, porque es inseparable de una transferencia de moralidad del individuo a la sociedad. La forma de vida moral, estrictamente hablando, es la obligación de ser responsable con quienes dependen de nosotros. Si transfiero ese deber a la comunidad, se convierte en una obligación del Estado, no mía. Por lo tanto, puedo vivir inmoralmente, siempre que el Estado actúe en mi lugar, muy en particular mediante la redistribución de la riqueza. No es sino una externalización del deber moral y, por lo tanto, una forma de escapar de él. En el caso del estado de bienestar, es una subcontrata del deber de caridad.

LP: Esto que escribe hoy, no lo podría escribir en la década de los ochenta. ¿Eso le hace ser optimista?

RS: Más o menos. Quizás se deba a que hoy no nos interesan las ideas. En la década de los ochenta era absolutamente imprescindible tener las ideas correctas. Hoy se exige no tener ideas.

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* [Hay traducción al castellano: 'Pensadores de la nueva izquierda', Ed. Rialp, 2017]

** [Nota del trad.: frase atribuída a M. Foucault, 'algún día, el siglo será deleuziano']

*** [Nota del trad.: 'le Grand Soir', el punto de quiebra o inflexión, en la tradición comunista para referir al fin del sistema capitalista]

Publicado en Le Point, el 22 de diciembre de 2015

Traducción del francés: Júlio Béjar




Scruton: 'El intelectual de izquierdas desciende del sacerdote'




Bufones, impostores e incendiarios, así es como Roger Scruton, el filósofo conservador inglés, designa a los pensadores de la nueva izquierda posmoderna en su obra 'El error y el orgullo: pensadores de la izquierda moderna' (ediciones de L'artilleur, traducción de 'Fools, frauds and firebrands: Thinkers of the New Left', Bloomsbury Publishing, 2015), que acaba de aparecer en francés *. Unos son postmarxistas y ensalzan la revolución, mientras que otros han desertado del trabajador a la procura de más rentables vanguardias. Pero todos, según Scruton, tienen en común estar movidos por el resentimiento y elaborar razonamientos imperfectos, incluso abstrusos. El trabajo es colosal: Scruton esboza el apretado retrato de veinte pensadores, desde Hobsbawm hasta Habermas pasando por Sartre, Foucault y Deleuze, sin olvidar a Lukacs, Althusser, Badiou o Zizek. Al leerlo, se impone una conclusión: el siglo no fue deleuziano **, fue marxista. Y el marxismo no es sólo una teoría económica, sino una cosmovisión donde la acción política se pone al servicio de un ideal totalizador. ¿Cómo responder a esta utopía engañosa pero estimulante? Roger Scruton se ha dedicado a ello durante más de treinta años, oponiendo a la ilusión del Gran Día *** las instituciones heredadas, con su inevitable imperfección, pero también, de hecho, el anclaje y la protección que ofrecen a la persona. En un momento en que el pensamiento posmoderno todavía goza de una influencia notoria, Scruton nos ofrece un manual necesario de resistencia ante el 'error' y el 'orgullo'.

LE POINT: ¿Por qué esta ofensiva contra la izquierda y por qué ahora?

ROGER SCRUTON: Este libro es mi respuesta a la corriente principal de opinión desde la década de 1970 en la Universidad: la nueva izquierda. Mi punto de partida es el siguiente: ¿cómo explicar que las autoridades universitarias se sitúen en la izquierda y que los pensadores de derecha o liberales, que están mucho más cerca de la verdad que los marxistas, estén infrarrepresentados? En el Birkbeck College, década de los ochenta, yo como conservador formaba claramente parte de una minoría. Nadie simpatizaba con mi pensamiento. Entonces me pregunté qué tenían que enseñarme estos intelectuales de izquierda.

LP:¿Y qué sucedió entonces?

RS: Que no encontré gran cosa. Los marxistas viven en una nube, una nube creada por ellos mismos, por las distorsiones del lenguaje y por hábitos de pensamiento casi automáticos. ¿Cuál es el punto en común de estos pensadores de izquierda? Su punto de encuentro es la negatividad. A todos esos intelectuales no les gusta la sociedad en la que viven, porque ven injusticias, diferencias de clase y propiedad. Persuadidos de que son superiores a la gente común, consideran injusto tener que ganarse la vida como todos los demás, porque se creen acreedores al derecho de liderar los acontecimientos. Y les resulta frustrante que los acontecimientos sean dirigidos por políticos y empresarios, por la burguesía. Su primer deseo es, por lo tanto, nivelar o destruir. Siempre ha sido el punto de partida en las posturas de izquierda. Tan pronto como se percata de que está fuera de la normalidad burguesa, el intelectual de izquierda concibe la hostilidad hacia las tradiciones y las costumbres que sustentan la sociedad. Pretende subvertirlas para hacerse con el poder.

LP: Más de la mitad de los autores estudiados en el libro son franceses. ¿A qué lo atribuyes?

RS: El sistema educativo francés valora al intelectual independiente, no académico -el hombre de mundo que debe su influencia a su estilo y su mera presencia. Hay una posibilidad de hacer carrera para un intelectual en Francia, mucho mayor que en el Reino Unido, donde tienes que ser universitario y aburrido. Después de la guerra, fue el intelectual de izquierdas quien se benefició de esto en Francia. Otra razón, los franceses han experimentado la increíble crisis que supuso la ocupación. Los intelectuales estaban ansiosos por purificar y refundar la cultura francesa para escapar de ese pasado sombrío. En consecuencia, dirigieron su hostilidad hacia la burguesía y la Iglesia católica. En la década de los sesenta, en el contexto de las demandas sociales, su retórica se extendió a otros países, incluida Inglaterra.

LP: ¿No salva nada de dicho desastre?

RS: Admito que siempre he admirado a Sartre. Porque sabía escribir.

LP: Entre Sartre y Foucault, Deleuze y Badiou, ¿ve una continuidad o una ruptura?

RS: Hay continuidad entre Sartre y Foucault en el sentido de que, para ellos, el papel del literato es comprender y condenar a la burguesía.

LP: ¿No encontramos esa postura 'anti-burguesa' entre todos los pensadores que critica?

RS: Sí, pero los otros son más bien productos del Partido Comunista Francés, como Althusser. Althusser se caracteriza por una forma de estalinismo intelectual; elaboró un sistema cerrado, sin ninguna relación con el mundo. También mostró cómo uno puede ser marxista-leninista y sectario, siendo un intelectual de moda. Badiou, además de la influencia de Althusser, padeció la de Lacan, que introdujo el psicoanálisis y la costumbre de decir tonterías en la nueva izquierda. No se trata solo de detectarlas, sino de proponerlas como solución. Es un seudo pensamiento, pero actúa como una oración ritual. ¡Badiou, además, convirtio las matemáticas en metáforas!

LP: Siempre hay intelectuales dispuestos a creer en las teorías marxistas. ¿Cómo es posible?

RS: La única explicación, en mi opinión, es que se trata de un fenómeno religioso. La religión promete vida eterna, y todo lo que promete la religión es intangible. Estas filosofías siempre prometen algo para el futuro y, por lo tanto, los acontecimientos reales nunca pueden refutarlas, ya que el futuro aún no ha sucedido. En este sentido, el intelectual de izquierda moderno es descendiente del sacerdote. Esto se encuentra en Hobsbawm y todos los historiadores de la izquierda inglesa. Siguen comparando la imperfección del presente con la perfección del futuro. Ahora bien, es deshonesto pretender que todo sea imperfecto, porque siempre podemos mejorar las cosas puntualmente -en eso consiste ser conservador, y eso es lo que esta izquierda se niega a aceptar. En realidad, hay dos concepciones principales de la política. Según la que yo defiendo, la política no es toda la vida sino una pequeña porción de ella. Es un conjunto de prácticas por las cuales los hombres se ponen de acuerdo a pesar de la divergencia de sus intereses. Es un sistema de compromiso. La otra concepción de la política, que es la concepción exorbitante heredada de Lenin, inspirada a su vez por Marx pero también por la Revolución Francesa, y la del nazismo, es que la política es una visión completa que organiza la vida de todos y de la que todos participan. Esta visión ofrece una solución absoluta y final a los problemas de la comunidad. El resultado es siempre el mismo: caos y millones de muertes.

LP: Hoy, ciertas ideas de la nueva izquierda, por ejemplo, la 'justicia social', son mencionadas sin reservas por la derecha francesa o británica. ¿Es una victoria de la izquierda o, mas bien, la prueba de su desaparición?

RS: Es una victoria, porque el esfuerzo más importante de la izquierda ha consistido en apoderarse del lenguaje. La introducción de la expresión 'justicia social', que no significa nada, Hayek la analizó muy bien, y es desde este punto de vista un triunfo. Derechos humanos, justicia social, todas estas son versiones seculares de ideas religiosas. Por esta razón, son extremadamente tenaces y poderosas.

LP: ¿Ve a Jeremy Corbyn [líder del Partido Laborista] como una encarnación de estas teorías?

RS: Lo fascinante es que la izquierda sobrevive a todos los desastres. Porque se basa en dos motivaciones fuertemente ancladas en el ser humano: el deseo de una solución total y el resentimiento. Corbyn demostró esto en un discurso reciente: 'Represento una nueva visión, la de lo amable', dijo. Al decir esto, acusaba implícitamente a sus oponentes de maldad e inhumanidad. De hecho, es una forma suprema de agresión. Así es como se expresa el resentimiento de la izquierda: dado que me oprimes, estoy legitimado para expoliarte y meterte en prisión -todo ello en nombre de la amabilidad.

LP: Esa es una visión muy moralista de la política...

RS: Pero paradójicamente, también es inmoral, porque es inseparable de una transferencia de moralidad del individuo a la sociedad. La forma de vida moral, estrictamente hablando, es la obligación de ser responsable con quienes dependen de nosotros. Si transfiero ese deber a la comunidad, se convierte en una obligación del Estado, no mía. Por lo tanto, puedo vivir inmoralmente, siempre que el Estado actúe en mi lugar, muy en particular mediante la redistribución de la riqueza. No es sino una externalización del deber moral y, por lo tanto, una forma de escapar de él. En el caso del estado de bienestar, es una subcontrata del deber de caridad.

LP: Esto que escribe hoy, no lo podría escribir en la década de los ochenta. ¿Eso le hace ser optimista?

RS: Más o menos. Quizás se deba a que hoy no nos interesan las ideas. En la década de los ochenta era absolutamente imprescindible tener las ideas correctas. Hoy se exige no tener ideas.

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* [Hay traducción al castellano: 'Pensadores de la nueva izquierda', Ed. Rialp, 2017]

** [Nota del trad.: frase atribuída a M. Foucault, 'algún día, el siglo será deleuziano']

*** [Nota del trad.: 'le Grand Soir', el punto de quiebra o inflexión, en la tradición comunista para referir al fin del sistema capitalista]

Publicado en Le Point, el 22 de diciembre de 2015

Traducción del francés: Júlio Béjar