Cinco millones de españoles votan al partido Podemos. La mitad de los ciudadanos catalanes dan su apoyo al gobierno desleal de la Generalidad y a sus proyectos ilegales. La cuarta parte aproximada de la población vasca, y me atengo a una exquisita prudencia estadística, ha escogido el orgullo en vez de la vergüenza para vertebrar su relato sobre el terrorismo. Chiflados, pues, los hay. ¡A millones! Y peligrosos. A la chifladura derechista de echar a los inmigrantes corresponde la de salir de Europa, ésa que comparten podémicos y secesionistas. Y a la de echar a los catalanes de España, la de echar a los españoles de Cataluña.
Hay chifladura. Pero toda está en la izquierda. Insiste en la circunstancia el socialismo catalán, que acaba de pedir respetuosamente su ingreso en la orden de la chifladura podémica, una decisión que, de todos modos, puede ser absolutamente benéfica para la reconstrucción del socialismo español. La destrucción del catalanismo ha acabado de completar el cuadro. Es verdad que durante bastantes años la derecha cedió una parte de sus votos a la chifladura nacionalista. Pero tras la alianza de los restos del catalanismo con el movimiento antisistema, el nacionalismo ya está inherentemente cosido a la izquierda, salvo lo que tenga bien exponer en los próximos meses el marido de la diputada Arrimadas.
El Pp ha perdido votos. Pero con limpieza, por así decirlo. Ha perdido votos en favor de una formación política, Ciudadanos, que no aspira, al menos en su programa de hoy, a formar parte militante de la chifladura. Las razones por las que la derecha española exhibe hoy un perfil razonable, aliado con el sentido común y la inteligencia disponible, no dejan de tener un punto excitante de misterio. La politología reinante nos las explicará cuando ya no sea necesario. Estoy seguro de que se trata de una paradójica venganza. Vuestra violenta demonización del Pp, el torpe extremo al que habéis llegado, han hecho imposible la aparición de algo consistente a su derecha. Y es que, piénsalo, libe: ¿cómo hacer brotar una llama en el infierno? | ARCADI ESPADA
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