dijous, 26 de gener del 2017

Santi Vidal se iba de excursión para levantar la moral independentista contando cuentos chinos a los catalanes



EL PAÍS.- El senador Santi Vidal participa des del novembre del 2016 en un cicle de xerrades organitzades per Esquerra Republicana (ERC) per explicar com seria la Catalunya independent. Les informacions que aporta l'exjutge –suspès del càrrec per escriure l'esborrany d'una Constitució catalana– són en molts casos sorprenents o apunten que s'estan produint actuacions irregulars. Vidal ha explicat que la Generalitat s'ha fet amb les dades fiscals de tots els residents a Catalunya i que els pressupostos del Govern tenen una partida camuflada, de 400 milions d'euros, per construir estructures d'Estat. Vidal també ha desvelat que la Generalitat investiga els jutges establerts a Catalunya i que un govern estranger no europeu està formant els Mossos d'Esquadra en matèria de contraespionatge. Les cites que es reprodueixen en aquest article s'extreuen dels discursos que Vidal va fer al Museu de Granollers (24 de novembre), al Casal de Cultura de Matadepera (14 de desembre), als Lluïsos d'Horta de Barcelona (9 de desembre), a la Biblioteca Municipal de Navàs (Bages, 18 de gener) i Garcia (Ribera d'Ebre, 21 de gener).




Santi Vidal se iba de excursión para levantar la moral a los independentistas catalanes, contándoles cuentos chinos. El ex juez tiene mucho rollo y mucho ego, y lo que no sabe se lo inventa. 


El problema es que entre las cosas que ha ido diciendo por ahí -ver el vídeo- hay unas cuantas que comprometen a la Generalitat en la comisión de delitos muy graves. Delitos que deben ser investigados de inmediato para saber si estamos gobernados por verdaderos delincuentes o por simples alucinados mentales. O las dos cosas.

 

Sin embargo, lo más grave de todo es que Vidal es capaz de decir con toda la naturalidad del mundo que han creado un Gran Hermano, una Vida de los Otros, robando nuestros datos fiscales y personales para tenernos fichados antes incluso de haber construido su Estado. Un nuevo Estado 'del que no se escapará nadie'.

Tanto si lo que dice Vidal es verdad como si es mentira, tanto si es una media verdad o una media mentira, sus palabras revelan una mentalidad totalitaria, tan repulsiva como espeluznante.





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El sesgo, la mentira del periodismo 'liberado de la tiranía de la objetividad'

Cuándo la izquierda decretó que en periodismo la objetividad no existe -no porque no se quiera sino porque 'es ontológicamente imposible'- abrió la puerta, tal vez sin desearlo, a las noticias falsas, ahora conocidas como 'fake news.

Es cierto que de noticias falsas siempre ha habido, pero, paradójicamente, esas noticias inventadas de cabo a rabo habitualmente no tienen consecuencias muy graves ya que son muy fáciles de desmentir, cuando no se desmienten por sí mismas.

Sin embargo, existe otro tipo de noticia falsa, menos perceptible, que liberada de la tiranía de la objetividad consiste en el sesgo reiterado de los hechos para que cuadren con el mensaje -la interpretación- que el periodista, ya más militante y activista que profesional, considera el adecuado.

La mentira es burda y fácilmente detectable, pero el sesgo suele ser discreto y poco perceptible. Mientras la mentira pura y dura es de rápida caducidad, el sesgo suele permanecer en el tiempo, lo que le confiere solera y apariencia de veracidad. Es la versión postmoderna de la vieja idea de Goebbels. Ya no se precisa de una mentira, es suficiente con repetir insistentemente un determinado sesgo para que cualquier falsedad acabe convertida en verdad.

Ayer, sin ir más lejos, en el lead de una noticia exclusiva sobre la vuelta a la tortura y a las cárceles secretas de la CIA el New York Times escribía esto:

El gobierno de Trump está preparando una orden ejecutiva que abrirá el camino para que la CIA reabra las prisiones 'secretas' en el extranjero, como en las que se detuvieron y torturaron a sospechosos de terrorismo antes de que el ex presidente Barack Obama las cerrara.

Hoy, toda la prensa da por hecho que Trump ha ordenado volver a las torturas y a las cárceles secretas. Sin embargo, los que leyeron entero el artículo del NYT se habrán percatado que, tras la inserción del facsímil de la orden ejecutiva sobre seguridad y lucha contra el terrorismo, el gran periódico liberal estadounidense dice, casi como quién no quiere la cosa, esto otro:

El proyecto de orden no ordena ninguna reapertura inmediata de las cárceles de la CIA ni la reactivación de las tácticas de tortura, que ahora están prohibidas por la ley.

E inmediatamente, no sea que se queden sin noticia, lo 'contextualiza' recordando que Trump prometió durante la campaña electoral reintroducir el waterboarding y un "infierno mucho peor" -no sólo porque "torturar funciona", sino porque incluso "si no funciona, se lo merecen de todos modos."

Probablemente, Trump quiera ir por ese camino pero todavía no ha hecho nada que autorice todo eso. Sin embargo, la internacional mediática ya lo da por hecho y nos lo cuenta como tal. No se trata simplemente de anticiparse a los hechos, sino de crearlos o conformarlos para que se ajusten a lo que ellos creen. No hace falta decir que yerran muchas veces, pero corren un tupido velo sobre lo que dijeron y todo queda rápidamente olvidado. Pero a veces tienen suerte -y esta podría ser una de esas veces- y entonces nos lo comeremos hasta en la sopa, corregido y aumentado.

Precisamente, el asesor mediático de Trump, Steve Bannon, que fue presidente ejecutivo de Breitbart, una publicación online calificada por la izquierda estadounidense como de extrema derecha, ha hecho una dura y merecida crítica a los medios de comunicación tradicionales desde las páginas del New York Times:

"Los medios de comunicación deberían sentirse avergonzados y humillados y mantener su boca cerrada y sólo escuchar durante un tiempo". "Los medios de comunicación son aquí el partido de la oposición. No entienden este país. Todavía no entienden por qué Donald Trump es el presidente de los Estados Unidos."

"Los medios de comunicación de élite estuvieron completamente equivocados, al 100 por cien equivocados" y la elección de Trump fue para ellos "una humillante derrota que nunca van a lavar, que siempre estará ahí."

"Twitter se alimenta de esas personas: activistas pura y simplemente de la campaña de Clinton". "Es por eso que ahora no tienen el poder"


O las reformas imprescindibles o el empobrecimiento y las convulsiones sociales



Como decía en mi anterior artículo, cuando llegó la Transición la tasa de desempleo era del 5% y el nivel de vida de los españoles se había multiplicado por cuatro en una sola generación gracias al enorme (aunque frágil) crecimiento económico experimentado por el país entre 1950 y 1974 (un 6% anual en PIB per cápita). 
Desde entonces la economía española ha tenido un crecimiento medio del PIB per cápita de sólo el 1,6% anual (PPC real) y una tasa de paro media del 17%, a pesar de añadir más de dos millones de empleados al sector público (especialmente por la hipertrofia del Estado de las Autonomías). Hasta el advenimiento de la crisis, dos de cada tres empleos creados desde la Transición pertenecían a la Administración o al sector de la construcción. 
Lo que es aún más preocupante es que incluso estos mediocres resultados económicos no se habrían logrado sin la ayuda de importantes vientos de cola que son absolutamente irrepetibles, entre los que cabe señalar el tremendo aumento del endeudamiento público y privado, los fondos estructurales y de cohesión europeos, el acceso a una amplia zona de libre comercio como es la UE y el ahorro de los costes financieros derivada del euro y las políticas del BCE. Si con estos gigantescos subsidios no hemos logrado bajar de un desempleo medio del 17%, ¿qué ocurrirá sin ellos? 
El entorno actual de menor crecimiento mundial causado por la caída de la productividad y por el endeudamiento masivo de Occidente nos complica aún más las cosas. Por ello, o afrontamos una refundación político-económica del país o España sufrirá un empobrecimiento generacional que conlleva el serio riesgo de causar convulsiones sociales en una población arrullada por la adulación constante de los demagogos y seducida por la falsa promesa de “seguridad” propia del Estado de Bienestar.

Leer el artículo completo de Fernando del Pino Calvo-Sotelo, aquí