dimarts, 9 de juliol del 2019

La reciente ola de calor, un fenómeno más histérico que histórico

El último informe de la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET), adscrita a la Secretaría de Estado de Medio Ambiente del Ministerio para la Transición Ecológica, reconoce que el pasado mes de junio ha sido el sexto más frío del siglo XXI y tan solo el decimoctavo más cálido desde 1965, con 0,3º por encima de la media entre 1981-2010. También reconoce que ha sido el séptimo junio más seco desde 1965 y el tercero del siglo XXI. Podéis leer el informe aquí; eso sí, despacito y con atención porque lo dicen como de pasada y con cierto disimulo.

Las anomalías térmicas más destacadas se marcaron en la mitad sur de Galicia, en puntos del noroeste de
Castilla y León y en Extremadura con valores próximos a -2ºC, mientras que el extremo opuesto
lo encontramos en zonas puntuales del noreste y del sureste peninsular con anomalías cercanas a 2ºC

Lo que ha pasado con la ola de calor de finales de junio más que histórico ha sido histérico, especialmente en los medios de comunicación. El alarmismo es rentable, tanto por razones económicas como políticas. Las económicas, para vender más periódicos -¡que buena falta les hace!- y las políticas, porque una población asustada está dispuesta a tragarse cualquier medida que le prometa la salvación del mundo. De ahí, la obsesión de la prensa -no avalada ni tan siquiera por los gurús de la ciencia del clima del IPCC- por vender récords climáticos y encontrar fenómenos meteorológicos extremos.

Afortunadamente, disponemos de hemerotecas y registros históricos oficiales al alcance de un clic para comprobarlo. Vean algunos:

  • Noticia del 28 de Agosto de 1930: "Francia también sufre extraordinario calor. La temperatura en la sombra en París fue de 100 F (37ºC), la más alta desde 1870. Se reportaron numerosos casos de colapso en la región del Loire donde la temperatura llegó a los 122 Fahrenheit (50º C). A la policía de París se le concedió un permiso especial para regresar a sus estaciones cada hora para bebidas refrescantes". Vean fotocopia de la noticia en el diario inglés Telegraph: 








La ola de calor de finales de julio se debió no al CO2 sino a un fenómeno meteorológico peculiar:

The cause of this particular hot weather event is clear: an upper-ridge high-pressure system sat on top of the western EU like an umbrella. 
What’s unusual is that it was the largest and strongest upper-ridge high-pressure area since recordkeeping began, and it was having two effects on hot air streams coming north from Africa into the EU.

First, the high-pressure umbrella was causing the hot air to turn down onto the Earth’s surface directly. High-pressure areas have a downward airflow in their center.

Secondly, the huge high-pressure area sitting over western Europe kept the hot air originating in Africa from rising to the upper atmosphere and becoming cooler.

So, the next question is: what caused this historically huge upper-ridge high-pressure system? CO2 has zero effect on high- or low-pressure areas, or in fact on any type of climate, so we have to look elsewhere.

The new solar minimum we are in could be a cause, though that is only a theory for now.

That a solar minimum could cause a heatwave is counterintuitive because the result of a solar minimum is cooler temperatures on the Earth’s surface. Less heat from the Sun is absorbed by the planet’s surface in solar minimums.

However, solar minimums have been shown in historical studies to cause extreme weather events, including warm weather in unusual places.


TRAS EL CALOR DE LA SEMANA PASADA, EUROPA ESTÁ EXPERIMENTANDO UN FRÍO MUY POR DEBAJO DEL PROMEDIO, PERO ¿DÓNDE ESTÁ EL INFORME EQUILIBRADO?



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