Estrepitoso fracaso no sólo de los sondeos pre-electorales sino también del sondeo a pie de urna. Ni 'sorpasso' sobre el PSOE de Podemos (a partir de ahora Podexit) ni victoria pírrica y a la baja del PP. Al contrario. Las urnas han reforzado muy por encima de lo previsible al partido de Rajoy y le han quitado el chupete a Podexit (1.100.000 votos menos), que se ha quedado compuesto y sin novia.
Los resultados muestran también que el fin del bipartidismo fue una ilusión, un espejismo que ha empezado a disolverse por el PP para llegar, más tarde o más temprano, a la izquierda. Lo que no ha terminado aún es la dificultad de formar gobierno, ya que los resultados no han modificado sustancialmente los del 20D.
De momento, a parte de desacreditar a los encuestadores, estas elecciones sólo han servido para que el PP le coma 8 diputados a C's y 6 al PSOE, UPyD y VOX y haya pasado de 123 a 137 diputados. Por lo demás, Podexit ha quedado frustrado y el PSOE ha evitado la aniquilación, perdiendo otros 5 diputados pero manteniéndose por delante de 'Unidos Podemos'.
Sigue, pues, el bloqueo aritmético para formar Gobierno. ¿Qué harás ahora Pedro? De momento, en la noche electoral evitó vetar explícitamente a Rajoy o declarar que con el PP nada de nada. Sin embargo, siguen descartando una abstención. Veremos.
El líder de Ciudadanos, Albert Rivera, que tampoco mentó a Rajoy excepto para felicitarlo, ha insistido en que los sillones han de quedar al margen de la negociación pero ha reconocido que su partido ya no es decisivo. Veremos también.
En Cataluña, más que en ninguna otra parte, las elecciones no han servido estrictamente para nada. Los resultados han sido idénticos, calcados, a los del 20D. La única diferencia es que la mayoría de partidos, excepto PP y ERC, han perdido votos debido a una abstención 3 puntos superior. El teatro político catalán se parece cada vez más a un gallinero, con una gallina populista que ha dejado mudo al gallo estelado. Algo es algo.