diumenge, 26 de juny del 2016

La dictadura de la democracia

Un 25% de los españoles mayores de 18 años cree que el Sol gira alrededor de la Tierra. Son datos de una encuesta oficial, presentada el año pasado por el ministerio de Economía. Si una cuarta parte de los españoles con derecho a voto tiene esas opiniones sobre el Sol y la Tierra, es fácil deducir cuáles tendrá sobre el partido Podemos. La ignorancia está arraigada, pero no debemos obviar el progreso imparable. Hace 10 años era el 40% de los españoles el que creía eso. Por lo tanto, y en teoría, la reducción de la ignorancia, que evidentemente no afecta solo a los españoles, debería reflejarse en la política. Pero yo tengo otra hipótesis. En el pasado los ignorantes se limitaban a seguir con indiferencia las diversas instrucciones de la élite. Su inhibición política era notable. La situación ha cambiado bruscamente. Ahora la ignorancia está articulada, y se muestra con orgullo. Las redes sociales han vertebrado, y otorgado identidad, poder y disciplina, aun tumultuaria, a los ignorantes. Internet no sólo junta a los iguales filatélicos. Esta dinámica de grupo tiene efectos poderosos. Hasta el punto de que cuando Trump se dirige a ellos, llamándoles lo que son y animándoles a que se exhiban con arrogancia, el grupo reacciona felizmente a una. El bronco griterío de la identidad compartida se impone a la constatación humillante del insulto. Luego está el embrutecimiento. Históricamente, las masas han disfrutado de sus innumerables variedades, desde el alcohol al juego, pasando por el deporte y el espectáculo sicalíptico. Ahora la política también forma parte destacada del embrutecimiento de las masas iletradas. El éxito español de la Sexta o el de la cadena Fox en EEUU no se explican sin ese cambio en las formas de consumo. | ARCADI ESPADA
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