dimecres, 10 d’octubre del 2018

En 2007 y 2011 fijaron en 5 años la fecha límite para la catástrofe climática, ahora la prorrogan a doce




En 2007, el IPCC nos dijo que teníamos cinco años para evitar la catástrofe climática. En 2011, prorrogaron la profecía y en 2017 nos adviertiron de que ya solo quedaban tres para el apocalipsis final. Pues bien, ahora, en su último informe, el IPCC nos dice que todavía nos quedan 12 años por delante antes de que se acabe el mundo.

¿Cómo es eso posible?

El lector supuestamente informado nos dirá que hemos retrasado el castigo divino gracias a las medidas adoptadas a nivel mundial para recortar las emisiones de carbono. Un argumento que sería irrefutable sino fuera porque las emisiones han seguido aumentando en cifras absolutas. En 2007, la actividad humana emitió 8.503 millones de toneladas de carbono. Veamos las cifras: en 2012, cuando se suponía que ya debíamos haberlas reducido, alcanzaron los 9.673 millones de toneladas. En 2014, último año del que disponemos de cifras, se emitieron 9.855 millones de toneladas.

Como los Testigos de Jehová, los activistas científicos del calentamiento fijan nuevas fechas límite cuando las anteriores han vencido sin que el mundo haya terminado, y los periodistas parecen no enterarse.

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