Aunque todas las comunidades que se interpongan en el camino del Estado Islámico pueden ser forzadas a huir, las oportunidades de refugio disponibles difieren de manera significativa en función del origen étnico o religioso de cada cual. Un suní que huya de la carnicería de Bashar al Asad puede encontrar un hogar en un país vecino suní o en otro territorio suní de Siria, pero ¿a dónde puede ir un yazidí? Seguro que no a Bagdad, donde sería perseguido. ¿Es Turquía, que persigue a su propia población cristiana, (…) [un buen] destino para los cristianos de Siria o Irak? (…) La experiencia de los judíos en Polonia tras el Holocausto es un recordatorio de lo que espera a esas comunidades. (…)
Al margen de los puntos de vista de cada cual sobre cuántos refugiados debe aceptar EEUU, la realidad es que no admitirá a todos los que quieran [instalarse en su territorio]. Un proceso de priorización es natural y nada novedoso, y mientras rechazar a las personas en función de su religión es moralmente repugnante, priorizar a los más vulnerables, aunque sea en función de su [religión], no lo es.
Artículo íntegro, aquí (en inglés)