La libertad de expresión es tan importante que hay que tolerar sus excesos. Pero hay expresiones que son algo mucho peor que ser excesivas: son amenazas, y amenazas creíbles. Y eso, nos guste o no, es un delito. A veces, puede ser difícil delimitar el delito de la libertad de expresión, pero para eso están los jueces, incluida la posibilidad de apelación si se cree que la sentencia es injusta.
La camada progre defiende a José Miguel Arenas, alias Valtonyc, simplemente porque es de los suyos. Para ellos, Valtonyc no es un delincuente, es un poeta. Poeta estilo Mao, Ho Chi Min e incluso Stalin adolescente. Asesinos que ejecutaron las amenazas de sus versos. Sin embargo, si las canciones de Valtonyc las hubiese compuesto un ultraderechista neonazi no serían obra de un artista sino de un genocida y se estaría pidiendo, probablemente con éxito, que se acallase para siempre su voz.
Si las letras fuesen estas, la izquierda hubiese salido a las calles indignada por la impunidad de tan flagrante delito: 'Llegaremos a la nuez de tu cuello, cabrón, encontrándonos en el palacio de Puigdemont, kalashnikov', 'Que explote un bus de Podemos con nitroglicerina cargada', 'Mataría a Carolina Bescansa, pero antes, le haría ver como su hijo vive entre ratas', 'Manuela Carmena tiene una cita en la plaza del pueblo, una soga al cuello y que le caiga el peso de la ley' o 'Después mutilaré a Ada Colau / Mónica Oltra, con la rabia del pueblo...'. Pero como los nombres son el Rey, Esperanza Aguirre o Cospedal, las canciones dejan de ser delito para ser obras de arte protegidas por el derecho de libre expresión.
Los que defienden al rapero condenado
Jorge Campos
22 de febrero de 2018
MALLORCADIARIO.COM.- La extrema izquierda, los separatistas y unos individuos que dicen que pertenecen al mundo de la cultura, pero que realmente pertenecen al mundo de los amigos de los delincuentes, consideran que la condena al rapero es una vulneración de la libertad de expresión; entre otras falsedades y barbaridades contrarias al Estado democrático de derecho.
La realidad es que estamos ante una sentencia condenatoria por los delitos de enaltecimiento del terrorismo, humillación a las víctimas, injurias graves y amenazas de muerte, dictada por la más alta instancia judicial de España, el Tribunal Supremo, que ratifica en todos sus extremos la de la Audiencia Nacional. Puede parecer ridículo tener que aclararlo, pero para algunos resulta necesario: No soy yo quien ha condenado al rapero, sino el Tribunal Supremo. Que me ha dado la razón sobre los hechos que denuncié: Las amenazas de muerte hacia mi persona. Amenazas que se han probado reales y probables de producirse según consta en las sentencias de los citados tribunales: «Jorge Campos merece una bomba» «llegaremos a la nuez de tu cuello, cabrón, encontrándonos en el palacio del Borbón, kalashnikov» «le arrancaré la arteria y todo lo que haga falta» «tu bandera española está más bonita en llamas, igual que un puto Patrol de la guardia civil cuando estalla». Amenazas reales y probables de producirse porque estas canciones las crea el rapero como respuesta a una previa condena por amenazas e intento de agresión hacia mi persona por varios miembros de Maulets/Arran, grupo violento con el que colabora Valtonyc.
Las barbaridades de las otras canciones: «Para todos aquellos que tienen miedo cuando arrancan su coche (en referencia a la Policía Nacional y Guardia Civil) que sepan que revienten sus costillas, exploten, brindaremos con champán» «tenemos corazón grande, y de justicia que se enamora si explotan tropas españolas», junto a las mofas sobre niños asesinados por ETA y sus familias, o sobre víctimas de secuestros, se incorporaron a la causa gracias al excelente atestado de la Policía Nacional. Por su gravedad fueron perseguidos por la Fiscalía y el caso trasladado a la Audiencia Nacional.
Esto no es libertad de expresión. La libertad de expresión tiene unos límites, sobrepasados totalmente cuando se incurre en enaltecimiento del terrorismo, humillación a las víctimas, injurias graves y amenazas de muerte contra mi persona. Amenazas del rapero que se dirigen a los grupos violentos de extrema izquierda separatista que, como ARRAN, llevan años insultándome, amenazándome e intentando agredirme. Y que acaban de volver a hacerlo en estos términos: “Jorge Campos, el pueblo de Mallorca no olvida que eres culpable de la sentencia al compañero Valtonyc. ¡Si no nos dejáis soñar, no os dejaremos domir! ¡NI OLVIDO NI PERDÓN!”
En la memoria de las víctimas de los violentos constará esta sentencia como ejemplo de justicia y esperanza democrática, para mayor vergüenza de los pseudoartistas subvencionados, políticos y cargos públicos que defienden al rapero condenado.