¿Fue un autogolpe lo que pasó en Turquía la noche del viernes al sábado? No hay pruebas de ello, pero lo que sí hay es un beneficiario claro del mismo: Erdogan, al que los golpistas le han brindado la oportunidad que necesitaba para eliminar en pocas horas los dos últimos obstáculos que tenía en su camino hacia el poder absoluto: la justícia y el ejército.
Recep Tayyip Erdogan lo dejó claro tan sólo aterrizar en Estambul: "Este levantamiento, este movimiento es un gran regalo de Dios para nosotros. Porque el Ejército será limpiado".
Sin embargo, para un ejército prolijo en golpes de Estado directos (1960, 1971 y 1980) e indirectos, el del viernes 15 de julio parece de aficionados.
1.- Si hubiese sido un 'verdadero' golpe militar lo primero que hubiesen hecho los alzados sería cerrar el espacio aéreo, las fronteras, internet y todos los grandes medios de comunicación de masas. Y no se hizo o se hizo de manera muy limitada.
2.- Inmediatamente después habrían procedido a detener y/o matar a los líderes políticos clave del país, empezando por el presidente. Sin embargo, tampoco lo hicieron. Y eso que, según Reuters, los pilotos golpistas de dos F-16 tuvieron al avión de Erdogan en su punto de mira y no dispararon. Ello permitió al presidente moverse con total libertad y llamar sin problemas a sus seguidores a resistir al intento de golpe militar, primero por su iPhone y luego en una especie de rueda de prensa televisada en el aeropuerto de Estambul.
3.- De acuerdo con la narrativa oficial del gobierno, hubo un ataque en la mañana del sábado por comandos glpistas en helicópteros contra un complejo hotelero en Marmaris. El Presidente Recep Tayyip Erdogan estaba allí de vacaciones. Sin embargo, el ataque tuvo lugar casi una hora después de que toda Turquía viese las imágenes de Erdogan dirigiéndose a la nación desde el aeropuerto de Estambul, a 750 kilómetros de distancia.
4.- Las 'masas' que salen a la calle, según se observó en las imágenes de televisión, eran mayoritariamente hombres con bigote (los turcos laicos lo evitan) y ni una sola mujer. Las consignas que gritaban no eran patrióticas o democráticas si no islámicas ('Allahu ekber', la pronunciación local de 'Allahu akbar') y rezaban la Shahada o declaración de fe. Las masas se ensañaron con los soldados que se habían rendido, soldados de leva que hacían el servicio militar obligatorio y que habían sido utilizados como carne de cañón.
5.- El ejército habría informado a los mandos aliados y a la OTAN tan pronto como la operación hubiese estado en marcha. Sin embargo, los altos jefes militares turcos ni planearon el golpe de Estado ni se unieron a él. Tan sólo unos pocos de ellos, entre los cuales el general Hulusi Akar, han sido detenidos. De hecho, los soldados golpistas -de los que unos 2.800 han sido detenidos- fueron engullidos por los seguidores de Erdogan, que salieron a la calle por decenas de miles.
6.- Detener en pocas horas a 2.745 jueces no se improvisa, se necesita -según expertos- al menos 48 horas para elaborar una lista como esa y proceder a su ejecución.
7.- Tener un cabeza de turco demasiado rápido y demasiado fácil, como el clérigo Fethullah Gulen. El mismo sábado, Erdogan lo acusa de ser el responsable del intento de golpe de estado y exige a Estados Unidos que lo extradite a Turquía. En una rara aparición, Gülen, que se encuentra gravemente enfermo, condena el golpe de estado, rechaza cualquier implicación en el mismo y apunta a que Erdogan podría estar detrás del golpe.
Las sospechas crecen y con ellas diversas hipótesis.
1/ Un autogolpe, planeado y ejecutado desde la presidencia. Esta hipótesis no se descarta, pero no hay, hoy por hoy, ningún hecho en que pueda sostenerse.
2/ Haber tenido conocimiento de la preparación del golpe de estado y, después de calibrar su posible amplitud, haber permitido que se llevase a cabo. Esta hipótesis explicaría la rápida y organizada respuesta del gobierno. Una respuesta que abriría a Erdogan las puertas al sultanato.
Cui Prodest?