dimarts, 31 de juliol del 2018

Dejemos de comprar la cuerda con la que nos quieren colgar




Las crisis (Marx lo decía de las revoluciones) al agitar las aguas del estanque sacan a la superficie la basura depositada en su fondo. En nuestro caso, la crisis financiera, de la deuda y del ladrillo, sacó a la superficie una basura ideológica que compostó en Podemos, contaminó a la socialdemocracia del PSOE y enfebreció de independentismo al catalanismo político.

Se trata de una basura ideológica que proyecta en el sistema constitucional del 78 -al que llama despectivamente 'régimen'- lo que ella representa: la corrupción moral, económica, política e ideológica de la democracia representativa o liberal.

Se empieza diciendo que “desobedeceremos las leyes que nos parezcan injustas” y se acaba proclamando en sede parlamentaria la amputación, premeditada y organizada, del Estado Constitucional para ser substituido por una república catalana independiente en funciones. Se empieza con manifestaciones masivas que pretenden que sea la calle la que dicte el veredicto de las sentencias judiciales y se acaba con los taxistas negándose a acatar la resolución del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña, bloqueando la libertad de circulación y tomando como rehenes a millones de ciudadanos.

Todo vale para conseguir lo que se quiere. Los valores democráticos, la ley y la justicia no solo no merecen ningún respeto sino que son ignorados y pisoteados con el aplauso de muchos partidos, instituciones y medios de comunicación.

Cada nuevo día que pasamos tolerando esta situación estamos un día más cerca del suicidio democrático y la violencia política. Devolvamos esa basura ideológica al fondo del lago y dejemos de comprar la cuerda con la que nos quieren colgar.




En primer lugar esto no es una huelga. Los taxistas son autónomos, algunos de ellos con varias licencias y con empleados a su cargo. Por tanto no puede ser una huelga, es un cierre patronal.

Es un sector donde se trabaja en b y se explota a los empleados, por ejemplo, a mi me tenían con un contrato según convenio pero luego trabajaba 12 horas al día y no tenía sueldo fijo, me llevaba el 35% de lo que recaudase.

Los taxímetros, en el ayuntamiento de Oleiros estaban trucados. Si al arrancar pulsabas el 1, medían bien (así pasaban los controles) pero si al arrancar pulsabas 1+3+1, una carrera de 10 euros marcaba unos 12. Es lo que llamaban hacer el "recata".

Por ley está prohibido alquilar licencias, pero se alquilan centenares. El titular cuando se jubila paga el mínimo de autónomos y hace como que contrata a un chófer, pero en realidad el coche es del chófer y le paga un fijo al mes, trabaje o no trabaje.

Hay ayuntamientos como Culleredo, por ejemplo, que tienen 40 taxis y un aeropuerto. Cuando llega un avión, no hay manera de conseguir un taxi en Culleredo. Son un servicio público, pero no atienden esas llamadas porque las del aeropuerto son más rentables.

El transferir una licencia, dependiendo de los ayuntamientos, cuesta de 2000 a 5000 euros, sin embargo, esas licencias se venden por unos 100.000. Es decir, una licencia que concede el ayuntamiento se vende en dinero negro por grandes cantidades. Nadie controla eso.

Cuando yo era empleado, se subió en mi taxi el teniente de alcalde de Coruña, me preguntó qué tal y le dije: esta semana he trabajado 72 horas ¿te sientes seguro en mi coche?

El argumento para no liberalizar es que son un servicio público, pero no ejercen como tal. Son un monopolio. Os imagináis a los videoclubs pidiendo que se prohiba internet? a Olivetti pidiendo que se prohíba el word y las impresoras? a kodak pidiendo que se prohíban los móviles con cámara?

Cuando yo trabajaba en el taxi me ofrecieron comprar una licencia, me decían que me concedían un crédito como una hipoteca a 30 años y que ya alquilándolo se pagaba solo. Les contesté: me puedes garantizar que en 30 años nada va a cambiar?

Es evidente que al que se ha comprado una licencia y se ha gastado 100.000 euros le fastidia que su inversión no sea tan rentable como esperaba, pero cada uno es responsable de sus propias inversiones.

Lo que no se puede hacer es tomar como rehenes a toda una ciudad porque tu inversión te ha salido mal. Yo, desde luego, cuando Uber llegue a Culleredo y Coruña, no volveré a coger un taxi.

Pd. Cuando hablan de que uber explota a sus trabajadores... cuanto les pagan? Menos del 35% de la facturación?