La Audiencia Nacional ha dictaminado que los magistrados López y Espejel no pueden juzgar el caso Gürtel. La decisión no se basa en ninguno de los supuestos de recusación clásicos. Sólo la apariencia de parcialidad. Esa apariencia no se vincula a ninguna animosidad personal sino ideológica. La de los dos magistrados con el Partido Popular. Así pues, la Audiencia ha decidido, oblicuamente pero menos, que no se va a juzgar la conducta de unos supuestos delincuentes, sino que se va a juzgar al Partido Popular. Está muy bien. Ya dado este, el paso siguiente será anular toda la causa, ya que la instrucción -ignoniminiosa en la parte, valenciana, que yo conozco- corrió a cargo de un juez que había sido diputado socialista y secretario de Estado en un gobierno de Felipe González. Y cuya animosidad ideológica contra el Partido Popular es incomparable con la parcialidad ideológica hacia el mismo partido de los magistrados López y Espejel.
Yo creo, dios padre, en la objetividad y en la posibilidad de ejercer de juez y de periodista al margen de las convicciones. Pero la Audiencia ni crea ni deja de creer. Cada caso. Vergüenza tras vergüenza.
"La principal virtud de la democracia es que deja obsoleta la revolución"
"La revolución consiste en imponer tu fantasía política a todos los demás"
"Los científicos deberían ir a donde les lleve su ciencia, no sus ideas políticas"
"Pensar suele reducirse a inventar razones para dudar de lo evidente"
"No es una de las dos Españas la que nos hiela el corazón, sino la atroz semejanza entre quienes creen que hay dos"
dissabte, 31 d’octubre del 2015
La animosa Audiencia Nacional [Arcadi Espada]
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