"La principal virtud de la democracia es que deja obsoleta la revolución"
"La revolución consiste en imponer tu fantasía política a todos los demás"
"Los científicos deberían ir a donde les lleve su ciencia, no sus ideas políticas"
"Pensar suele reducirse a inventar razones para dudar de lo evidente"
"No es una de las dos Españas la que nos hiela el corazón, sino la atroz semejanza entre quienes creen que hay dos"
dijous, 26 de novembre del 2015
Frente a los necios: Sí en mi nombre
Son más necios que mentirosos. Es decir, ignorantes que no saben lo que pueden o deben saber. Pero lo intuyen. Intuyen que están en el bando de los yihadistas, aunque la reciente brutalidad de sus crímenes les dificulte darles explícitamente su apoyo. Tal vez por eso, en el manifiesto que acaban de hacer público, añaden el adjetivo 'fanático' al substantivo 'terrorista', como si existiese un terrorismo moderado o susceptible de ser justificado. Lo de París se trataría del exceso de una facción pasada de rosca, de unos pobres chicos a los que se les va la mano a la hora luchar por una buena causa.
Sin embargo, para esos necios, lo peligroso, lo realmente criminal, lo abominable es la respuesta que atribuyen a los estados europeos, a los que consideran mucho peores que los terroristas. Tanto es así que de las 445 palabras que conforman el manifiesto 237 -más de la mitad- son de condena, rechazo o prevención a la respuesta que dará Europa a los ataques terroristas, mientras que tan sólo 75 palabras hacen referencia explícita a los yihadistas y sus crímenes.
Se inventan una realidad europea que no existe y para ello, como Goebbels, repiten machaconamente una mentira para lograr que finalmente parezca una verdad. No. En Europa no predomina ni la islamofobia, ni la intolerancia ni el fanatismo racista, a pesar de su rebrote en grupos minoritarios. No. No hay recorte de derechos ni libertades en las pocas medidas de excepción adoptadas frente al terror, tan sólo algunas limitaciones temporales aprobadas y controlados por los parlamentos democráticos. No. No hay tampoco limitación alguna en la libertad de prensa, que puede denunciar las extralimitaciones o vulneraciones de derechos humanos fundamentales si éstos se producen.
Tampoco hay odio ni venganza en la mayor parte de las reacciones que se han producido. Hay, eso sí, deseo de justicia y exigencia de responsabilidades. Justicia y responsabilidades, dos palabras que los firmantes del manifiesto se olvidan de mencionar (la palabra justicia la escriben una sola vez y no en referencia a los atentados).
Estos son los necios que nos convocan a salir a la calle el 28 de noviembre en un remake del 'No a la guerra' de hace doce años. No quieren que Europa se defienda en su nombre. Allá ellos. Yo sí quiero que Europa se defienda en el mío. Yo si quiero que se haga justicia a las víctimas, a todas las víctimas del islamofascismo en Europa, en Oriente Medio, en Asia o en África.
Sí en mi nombre.
THE CATALAN ANALYST
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