El 12 de febrero de 2015, ni Tomás Gómez ni los trabajadores del Partido Socialista de Madrid pudieron entrar en la sede de la federación regional. La comisión gestora que lideraba Rafael Simancas había ordenado cambiar la cerradura en la puerta. Como no podían trabajar, regresaron a sus casas, con dos días de permiso. Horas después, 11 empleados recibieron un burofax por el que se les comunicaba su cese fulminante.Más...
En concreto, se les informó de la extinción de sus contratos, “vinculados al mandato de la Comisión Ejecutiva Regional”. Se trataba de cargos de confianza del hasta entonces secretario general del PSM, Tomás Gómez, que fue relevado aquel día por orden directa de Pedro Sánchez.
El Partido Socialista ofreció a los despedidos una indemnización de 20 días por año trabajado, como estipula la reforma laboral del PP, que los socialistas han calificado de “barbaridad económica”, “demolición de los derechos de los trabajadores”, “sangría”, y “regalo para los poderes económicos”, entre otras cosas.
"La principal virtud de la democracia es que deja obsoleta la revolución"
"La revolución consiste en imponer tu fantasía política a todos los demás"
"Los científicos deberían ir a donde les lleve su ciencia, no sus ideas políticas"
"Pensar suele reducirse a inventar razones para dudar de lo evidente"
"No es una de las dos Españas la que nos hiela el corazón, sino la atroz semejanza entre quienes creen que hay dos"
dilluns, 18 d’abril del 2016
Sánchez usó la 'bárbara' reforma laboral para despedir con 20 días a cargos del PSOE
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