NEW YORK TIMES.- “La tecnología facilita que nos conectemos con la gente que comparte intereses en común”, dijo Marc Dunkelman, y agregó que también hace más fácil que evitemos “las interacciones cara a cara con ideas diversas”. Tocó ese punto en un libro incisivo de 2014: The Vanishing Neighbor, que encaja con la obra de Haidt y con Bowling Alone, Coming Apart y The Fractured Republic obras pertenecientes a la llamada literatura de la fragmentación estadounidense moderna, un género en auge.Leer el artíoculo completo, aquí
Estamos menos comprometidos y confiamos menos en las grandes instituciones de lo que estábamos y hacíamos en el pasado. Cuestionamos su sabiduría y la sustituimos con la mentalidad grupal de las microcomunidades, muchas de las cuales han sido formadas en línea, y que muestran sensibilidades que pueden ser más peculiares e implacables.
Facebook, junto con otras redes sociales, contribuye a esto. Haidt notó que a menudo se desalienta a los disidentes dentro de un grupo de amigos al acelerar la deshonra. Señaló la corrección política que se refuerza entre estudiantes en muchas universidades.
“Facebook permite que la gente reaccione a lo que alguien más dijo tan rápidamente que de verdad temen estar fuera de lugar”, comentó.
Pero no se trata de un feed desequilibrado de noticias. No se trata del algoritmo de un hechicero. Se trata del tribalismo que ha existido desde que la humanidad existe y ahora pone raíces en el suelo fértil del internet, que lo está convirtiendo en una flor traicionera.
(Vía El Mundo por dentro)
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