Sin embargo, el elevado coste de la electricidad que provocan está acabando con la paciencia de muchos gobiernos. Entre ellos el de Alemania, que ha empezado a recortar e incluso suprimir esas subvenciones.
Los verdes se oponen a ello, pero ante la evidencia de la incapacidad de las renovables para abastecer hoy por hoy la demanda energética y, sobre todo, al mantra del cambio climático -que se ha convertido en la piedra angular de la ideología del ecologismo político- muchos verdes están dando marcha atrás y aceptando la energía nuclear por su reducidas emisiones de CO2..
A pesar de que el ecologismo político cuajó y se catapultó hacia el poder con un programa cuyo eje central era la lucha contra las centrales nucleares --¿Nuclear? No, gracias'-- ahora lo sacrifica en el altar del calentamiento global antropocéntrico.
Para los verdes actuales es más peligrosa la contaminación por CO2 que la contaminación radioactiva. Es por ello que han pasado de considerarla el paradigma de todos los males de la sociedad industrial a verla como un instrumento útil para frenar las emisiones de CO2.
Así que ahora la defienden o, si se quiere, no se oponen a la misma. El último ejemplo de ello es que no ha dicho ni una palabra ante la inminente puesta en marcha de una nueva central nuclear, la primera en décadas, en EEUU.
It’s the first new U.S. nuclear reactor in decades. And climate change has made that a very big deal
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