Abundantes estudios muestran que las economías crecen menos cuando los niveles de deuda superan unos umbrales que dejamos atrás hace tiempo. Dar a un sistema enfermo de exceso de deuda más de lo mismo es como dar a un adicto dosis cada vez mayores para evitar el síndrome de abstinencia: eso se llama huir de la realidad y no cura, sino que mata. La alquimia monetaria de los bancos centrales es una fantasía, un vano ejercicio de posponer lo inevitable que además aumenta enormemente la fragilidad del sistema. Seamos claros: este sendero conduce al abismo y, de seguir por él, la desastrosa caída es tan impredecible en sus detalles como absolutamente inevitable. Debemos afrontar la realidad: es lo que se supone que hacen los adultos, esa especie en peligro de extinción que el Estado de Bienestar casi ha aniquilado. | Fernando del Pino Calvo-SoteloLeer el artículo completo, aquí
"La principal virtud de la democracia es que deja obsoleta la revolución"
"La revolución consiste en imponer tu fantasía política a todos los demás"
"Los científicos deberían ir a donde les lleve su ciencia, no sus ideas políticas"
"Pensar suele reducirse a inventar razones para dudar de lo evidente"
"No es una de las dos Españas la que nos hiela el corazón, sino la atroz semejanza entre quienes creen que hay dos"
dimecres, 14 de desembre del 2016
La deuda que nos aplasta
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