dijous, 29 de desembre del 2016

Podría emitirse miles de veces más CO2 en las ciudades sin suponer problema alguno para la salud


No se lucha contra el smog con medidas como la de limitar los coches por matrículas (y menos sin poner transporte público gratuito a cambio) que acaban haciendo que la gente pudiente tenga dos coches con matrículas ad-hoc, si no promoviendo en las ciudades la sustitución de vehículos a combustible por vehículos eléctricos que no emiten óxidos de nitrógeno, de azufre o compuestos orgánicos, tanto públicos como privados. Y promoviendo el uso de gas natural para las calefacciones.

El smog fotoquímico es un fenómeno complejo relacionado fundamentalmente con los óxidos de nitrógeno y compuestos orgánicos volátiles, fenómeno al que puede unirse la contaminación por partículas sólidas en suspensión. Pero no tiene nada que ver con el CO2.

El CO2 no es un gas tóxico ni irritante salvo en estado puro y no es peligroso en aire para la vida humana (por desplazamiento del O2) al menos hasta concentraciones superiores a 150.000 ppm o 15% en volumen (la media actual en la atmósfera es 400 ppm o 0,04%). Podría emitirse miles de veces veces más CO2 por los vehículos y calefacciones en las ciudades, que ello no supondría problema alguno para la salud humana. Por eso los chinos, con muy buen crietrio, han hecho una ley en la que establecen el smog como un contaminante contra el que tienen que luchar, pero no contra el CO2. | Guillermo Gefaell Chamochín

Via, Antón Uriarte

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