Las cosas del nacer
Se dice: cualquiera puede criar a un niño, lo mismo una abuela que una pareja de homosexuales o sus padres biológicos. Pero es que no es lo mismo ser padres de una criatura que cuidarla: no es idéntico criar que engendrar. En efecto, cualquier persona o pareja de personas con miramiento y afecto puede cuidar muy bien la infancia de un niño, sean cuales fueren su edad o sus preferencias sexuales. ¡Ojalá hubiera más adultos generosos para atender a tantos niños abandonados, desvalidos, hostigados hasta la muerte! Ser padres es otra cosa, a, la vez más simple y más misteriosa: el empeño de la carne, la culminación del deseo. Por supuesto, después los padres somos indignos, abandonamos a la pareja o a la progenie, la destruimos a fuerza de amor o de ignorancia... sea. Pero nadie tiene derecho a hurtar a otro el enigma corpóreo de su origen, las dos figuras distintas que se debaten en la sombra y luego en la penumbra de nuestros sueños: nadie tiene derecho a encerrar a Edipo en una probeta, como si se tratase de un genio maligno. ¿Cómo dice el verso de Quevedo? "La vida empieza en lágrimas y caca...". Respetemos, por principio, nuestro principio.Fernando Savater. Leer el artículo completo, aquí
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