Crece la hierba en el desierto de Namibia | Foto del autor del blog | 2008 |
Ha surgido un enfoque nuevo y más moderado sobre el cambio climático. Ya no estamos ante un debate polarizado entre dos bandos -uno que predice un desastre inminente y el otro que niega cualquier influencia humana sobre el clima-. Ha surgido una tercera vía que es respaldada por un cúmulo de evidencia científica y que presagia que la humanidad de hecho se verá beneficiada en el futuro previsible por el cambio climático.Publicado en El Mundo 25/05/2018
A esta nueva línea de pensamiento se le conoce como la escuela tibia de calentamiento global. Los científicos y analistas que la componen aceptan sin tapujos que los humanos son parcialmente responsables por el cambio climático, pero también señalan que los 102 modelos que la ONU utiliza para predecir su comportamiento futuro -con una notable excepción- están prediciendo demasiado calentamiento en regiones críticas de nuestro planeta.
El año pasado, en un testimonio ante el Congreso de Estados Unidos, el reconocido climatólogo John Christy de la Universidad de Alabama, resumió de manera concisa los postulados del calentamiento global moderado. Él mostró que, para la región de los trópicos, que cubre casi el 40% del planeta, sólo un modelo climático de los 102 que utiliza la ONU acertó en sus pronósticos. Los otros predicen un aumento promedio de las temperaturas de casi el doble del que se está registrando sobre la superficie terrestre y hasta siete veces superior al que se registra en los estratos superiores de la atmósfera. Lo que ocurre en los trópicos es de vital importancia para el clima que se desarrolla en las latitudes más templadas, ya que ahí se genera una gran parte de la humedad atmosférica.
Promediado alrededor del globo, el calentamiento registrado también es inferior al pronosticado, siendo la única excepción la latitud más alta de la región del Polo Norte. Al otro lado del mundo, la vasta Antártica ha experimentado muy poco calentamiento desde mediados de los 70, con la excepción de la intrascendente península que apunta hacia Sudamérica, que representa un diminuto porcentaje de la masa de ese continente helado.
El único modelo que ha acertado las mediciones reales de temperatura es uno ruso llamado INM-CM4. Ha seguido con precisión tres registros distintos de temperaturas -de globos meteorológicos, de las mediciones diarias que sirven para elaborar los pronósticos del tiempo y de satélites- que datan desde el inicio de la era de los satélites en 1979. El testimonio del doctor Christy incluyó una ilustración que muestra la creciente disparidad entre los modelos de la ONU y las temperaturas registradas:
Ya que el INM-CM4 predice de manera muy precisa las temperaturas, resulta lógico usarlo para pronosticar nuestro futuro y olvidarnos del resto de los modelos que están errados. El calentamiento que proyecta para 2100 es de aproximadamente la mitad del promedio de todos los otros modelos.
¿Qué está acompañando al cambio climático a la fecha? Desde hace mucho se sabe que el dióxido de carbono favorece el crecimiento de las plantas. El calentamiento está creando un planeta más verde con temporadas de cultivo más largas y con rendimientos crecientes en las cosechas. Contrario a lo que se dice, la potencia de los huracanes en el Atlántico se encuentra alrededor del promedio de los últimos 100 años, aun cuando 2017 fue una temporada fuerte. La información de la industria aseguradora muestra que no ha habido cambios globales en daños relacionados al clima cuando se expresan como un porcentaje de la actividad económica total. Por lo tanto, es un mito la noción de que el clima está, como un todo, volviéndose «más extremo».
Una manera de calcular el efecto neto del cambio climático es determinar algo llamado el costo social del carbón, el cual estima el costo neto de una tonelada de carbón emitida a la atmósfera. La Administración Obama fue la primera en hacerlo y encontró que el costo más bajo para el año 2050 era $26 por tonelada de carbón emitida. Estos costos proporcionaron la justificación para el Acuerdo de París sobre Cambio Climático de 2015.
Para estos cálculos se asumen tasas de retorno sobre la inversión, conocidas como tasas de descuento. La Oficina de Administración y Presupuesto de Estados Unidos emitió directrices sobre qué tasas deberían ser asumidas cuando se calculan cosas como el costo del carbón. Uno de los niveles especificados es 7% al año, que es la tasa de retorno histórica sobre la inversión en Estados Unidos desde 1900. Cuanto más alta la tasa, mayor será el costo de gastar el dinero de hoy que podría ser ahorrado o invertido. Kevin Dayaratna y sus colegas en la Heritage Foundation han publicado estudios sobre cómo el costo del carbón disminuye conforme aumentan las tasas de descuento. En trabajos recientes con Kevin, usamos la tasa de descuento del 7% y una proyección de calentamiento similar a la de INM-CM4. Para 2050, el costo social del carbón era negativo, lo que significa que las emisiones de dióxido de carbono impondrán un beneficio neto. Una de las causas es el efecto positivo del dióxido de carbono en el crecimiento de las plantas. En 2016, Zaichun Zhu describió lo que él llamó "reverdecimiento de la Tierra" en la prestigiosa revista académica Nature Climate Change. Esta es la esencia de la escuela tibia de calentamiento global: los seres humanos estamos cambiando la temperatura, pero el cambio es modesto y el planeta, en promedio, se está volviendo más verde.
Patrick J. Michaels es director del Centro para el Estudio de la Ciencia en el Cato Institute. Fue profesor de Investigación en Ciencias Ambientales en la Universidad de Virginia durante 30 años y es autor de Lukewarming: The New Climate Science that Changes Everything.
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