dimecres, 13 de març del 2019

Disfrazar como causalidad una suposición es mentir






Tras el anuncio del fichaje de Soraya Sáenz de Santamaría por el bufete Cuatrecasas la prensa, especialmente de izquierdas, ha corrido a buscar un pretexto -ellos lo llaman siempre contexto- para poder construir estos dos titulares:

'Cuatrecasas fue condenado por ocho delitos fiscales pero evitó la cárcel tras pactar con el fiscal y la Abogacía del Estado que dependía de Santamaría'

'Emilio Cuatrecasas se libró de la cárcel por un pacto con Fiscalía y Abogacía del Estado cuando Sáenz de Santamaría era vicepresidenta'

Una vez leídos los títulos, la información que contienen los artículos al respecto es cero. No aportan ningún dato y mucho menos prueba, testifical o documental, de que la vicepresidenta del Gobierno hubiese influido, mediado o simplemente interesado, en el caso. Ni un mísero e-mail hackeado por uno de esos tantos aprendices de Wikileaks que pululan en los comederos de la izquierda.

Los artículos son un simple relleno para aguantar el titular, en el que empieza y acaba la supuesta noticia. Sus redactores se limitan a tirar de hemeroteca y repetir la historia del caso Cuatrecasas...

[Emilio Cuatrecasas fue acusado en 2011 de ocho delitos tributarios: fraude del IVA y el IRPF del 2006, 2007 y 2008; el impuesto de sociedades del 2006; y el Impuesto sobre el Patrimonio del 2006 y 2007. La suma de este fraude era cercana a los 4 millones de euros y conllevaba una pena de más de 20 años de prisión. En 2015, Cuatrecasas llegó a un acuerdo con la Fiscalía y la Abogacía del Estado para que se redujeran las peticiones de cárcel a sólo tres meses de prisión por cada uno de los ocho delitos fiscales. La condena se quedó finalmente en 24 meses de cárcel, justo al límite para evitar la prisión cuando no se tienen antecedentes penales].

...y a vender como exclusiva -en el caso de elplural.com- el texto del acuerdo, que no es otra cosa que el escrito de conclusiones provisionales de la Fiscalía interesando la apertura de Juicio Oral.

¿Qué relación tiene Soraya con éste caso? Pues ser en esas fechas la vicepresidenta del Gobierno y haber fichado ahora, ya fuera del mismo tras la moción de censura, por ese famoso bufete de abogados.

La ética periodística -si es que eso existe todavía- no permite disfrazar de causalidad lo que es una sospecha para inducir al lector a entender como un hecho lo que no es más que una suposición. Es posible pensar que Soraya podía haber intervenido en el asunto. No solo posible, sino probable e incluso inevitable pensarlo. Pero si esa sospecha de intervención, legal o moralmente indebida, no se puede acreditar, no hay noticia. Y su publicación es falaz. O sea, una mentira. O, como la llaman ahora, una fake news.



Cap comentari:

Publica un comentari a l'entrada

Nota: Només un membre d'aquest blog pot publicar entrades.