dilluns, 27 de gener del 2020

El deterioro del Delta del Ebro no es culpa de Gloria sino de la disminución del caudal de sólidos provocado por los embalses




El problema del deterioro del delta del Ebro viene arrastrándose de antiguo, lo que la tormenta Gloria no ha hecho más que exponer repentina y dramáticamente a la luz pública en toda su crudeza. Este es un gráfico, sacado del libro "El delta del Ebro, un sistema amenazado" (Carles Ibáñez; Narcís Prat; Antoni Canicio; Antoni Curcó, 1997). 
El gráfico muestra la disminución del caudal de sólidos arrastrados por el río entre 1877 y 1990 causada por la construcción de embalses que retienen los sólidos e impiden su llegada al delta, con lo que se impide su regeneración.

Por lo que he leído el caudal de sólidos actual se mantiene en unas ridículas 0,15 MMT/año, frente a las 30 MMT/año originales. El "cambio climático" tiene poco que ver en el retroceso del delta, pero lo fácil es echarle a él la culpa.

El mar siempre erosiona el delta, especialmente en las tempestades con fuerte oleaje. Si no se permite que el río aporte suficientes sedimentos el mar va poco a poco ganando la partida hasta acabar con el delta o reducirlo mucho de tamaño.| Guillermo Gefaell Chamochín