dissabte, 18 de setembre del 2021

Stop mascarillas en los colegios e institutos



ENTREGADAS 22.948 FIRMAS CON FECHA 23 DE JUNIO EN EL MINISTERIO DE EDUCACIÓN Y EN EL MINISTERIO DE SANIDAD. EN ESTOS DÍAS SE HA PROCEDIENDO A LA ENTREGA EN LOS REGISTROS AUTONÓMICOS. SEGUIMOS RECOGIENDO FIRMAS PARA VOLVER A PRESENTARLAS EN OTOÑO. ¡ENTRE TODOS PODEMOS PARAR ESTE DESPROPÓSITO!

INICIATIVA DE RECOGIDA DE FIRMAS DE UN GRUPO DE MADRES Y PADRES QUE DICEN ¡BASTA!

PETICIÓN POPULAR ANTE EL MINISTERIO DE SANIDAD Y LAS RESPECTIVAS 17 CONSEJERÍAS DE SANIDAD DEL ESTADO ESPAÑOL DE CARA A SOLICITAR LA UTILIZACIÓN VOLUNTARIA Y NO OBLIGATORIA DE LA MASC4RILLA EN LOS CENTROS ESCOLARES EL PRÓXIMO CURSO ESCOLAR 2021-2022.

Para firmar la petición, AQUÍ


Nuestros hijos e hijas han soportado durante todo un curso escolar la privación del derecho más básico: el derecho a respirar.

Los colegios se han convertido en lugares inhóspitos, donde el hecho de respirar libremente ha sido eliminado. Muchos docentes se han convertido, lamentablemente, en vigilantes del correcto uso de la masc4rilla, olvidando su papel como garantes del bienestar de los niños y de la aplicación del más básico sentido común.

Nuestros hijos han pasado todo el curso con las ventanas abiertas, sin poder verse las caras, privados de su propia expresividad y de la de los demás. Han jugado en el recreo y han practicado deporte con masc4rilla, más allá de toda lógica y de cualquier justificación científica o sanitaria, poniendo en riesgo su salud, un día sí y otro también.

Numerosos estudios a nivel internacional demuestran una y otra vez la total arbitrariedad de la imposición del uso de masc4rillas para luchar contra el Covid-19, de forma especial entre los niños, colectivo especialmente perjudicado por la reducción de recepción de oxígeno, que afecta a sus funciones cerebrales y pulmonares, a su capacidad de atención y a su crecimiento, además de los riesgos claros y ya constatados de hipoxia y paradas cardiorrespiratorias, neumonías bacterianas , hongos, eccemas, entre muchas otras patologías asociadas al uso reiterado de masc4rilla, no solo físicas sino también psicológicas..

La propia OMS ha manifestado en numerosas ocasiones que el uso de masc4rillas está exclusivamente recomendado para personas enfermas o en contacto estrecho con personas que lo estén (cuidadores, sanitarios...).

Según la revista especializada The Lancet Child & Adolescent Health, el c0v1d-19 no tiene apenas incidencia en los niños, ni en la gravedad de los síntomas ni tampoco en cuanto a su tasa de mortalidad, siendo está inferior al 0,23% de incidencia mortal correspondiente a los adultos, porcentaje declarado por la propia OMS

Asimismo, y en relación con el uso generalizado de la masc4rilla entre la población adulta, cada vez más estudios cuestionan con fundamento científico no ya su necesidad, sino que alertan sobre las graves consecuencias de su utilización prolongada

Por todo lo expuesto, y dado que:

1- El Gobierno español ha legislado de forma exclusiva sobre el uso obligatorio de la masc4rilla (Ley 2/2021 de 29 de marzo) desvinculándola del estado de alarma, finalizado el pasado 9 de mayo, y vulnerando así una vez más los derechos y libertades de los ciudadanos sin fundamento científico alguno,

y que

2- Las Comunidades autónomas tendrán la capacidad de decidir sobre este particular, a partir del documento elaborado por los Ministerios de Educación y Sanidad titulado "Propuesta de medidas de prevención, higiene y promoción de la salud frente a la c0v1d-19 para centros educativos en el curso 2020-2021" ,

LOS ABAJO FIRMANTES SOLICITAMOS:

1).- Se revise toda la documentación científica existente que respalda el grave perjuicio del uso reiterado de la masc4rilla en niños/niñas y se respeten los Derechos Fundamentales contemplados en la Constitución española así como los contemplados en la Carta de Derechos Fundamentales de la Unión Europea, a saber: art.1: Derecho a la Dignidad humana; art.3: Derecho a la Integridad; art.4: Prohibición de tratos inhumanos y degradantes; art.6: Derecho a la Libertad,

y, en consecuencia,

2).-SE ELIMINE LA OBLIGATORIEDAD DEL USO DE MASC4RIILLA EN LOS COLEGOS PARA EL CURSO 2021-22.

CON RESPETO Y AGRADECIMIENTO POR SU TIEMPO Y ATENCIÓN.

dijous, 2 de setembre del 2021

Clima y CO2: la evidencia frente al dogma




Desde su domesticación hace 400.000 años, el paulatino dominio del fuego ha determinado en gran medida la evolución de la humanidad. Así como la cocción de los alimentos condujo a una regresión de las mandíbulas y a un desarrollo del cerebro humano, las artes del fuego han dado lugar gradualmente a la civilización moderna. La cerámica, la metalurgia, los morteros de cal y cemento, las máquinas de vapor, la luz artificial, los motores de explosión y de reacción, la producción de electricidad, todos estos avances tan familiares han estado indisolublemente ligados al fuego y, por tanto, a la producción de dióxido de carbono (CO2) mediante la combustión de madera, gas, petróleo u otras sustancias.

El aumento de la población mundial y el incremento del nivel de vida han provocado, por supuesto, un aumento de las emisiones de CO2 a la atmósfera. Según el dogma imperante, se culpa al efecto invernadero atribuido a este gas de una alteración climática con consecuencias catastróficas de lo más variadas y, por tanto, la descarbonización en pocas décadas de las actividades humanas para luchar contra esta perturbación se convertiría en un imperativo. Sin embargo, retroceder milenios de ingenio humano es un desafío formidable, como ilustra el coste estimado por el Banco Mundial en ¡89.000 billones de dólares sólo para el periodo 2015-2030!

Dado el carácter colosal de las inversiones anunciadas y los recursos minerales y energéticos que se van a comprometer, conviene asegurarse de que los efectos del CO2 son realmente los descritos. En primer plano se encuentran los modelos climáticos por ordenador en los que se confía mayoritariamente hoy en día, pero que adolecen de muchas limitaciones. La principal es que abarcan periodos de tiempo demasiado cortos para dar cuenta de los grandes ciclos de glaciación-deglaciación, los cambios climáticos más tangibles, que se producen a lo largo de decenas de miles de años. La situación es análoga a la que se daría si tomáramos una pequeña ola como base de una teoría de las mareas sin tener en cuenta ciclos enteros de subidas y bajadas de distinta magnitud.

Los modelos climáticos también han relegado a un segundo plano registros mucho más reveladores. Los más valiosos los ofrecen las capas de hielo polares, donde las herramientas analíticas modernas pueden descifrar los mensajes climáticos de la historia del planeta que han conservado a medida que la nieve se compactaba en el hielo atrapando diminutas burbujas de aire. Por ejemplo, es posible medir con precisión el contenido de CO2 (y de metano, CH4) de estas burbujas en función de la profundidad del hielo en los núcleos extraídos y, por tanto, de su antigüedad. Y como la temperatura de depósito de la nieve también puede determinarse mediante métodos isotópicos, se dispone de un registro continuo de estos parámetros durante períodos de cientos de miles de años.

En este sentido, las muestras de hielo extraídas de la base antártica de Vostok constituyen una ineludible referencia entre los científicos que estudiamos la historia del clima terrestre porque abarca los cuatro ciclos sucesivos de glaciación-deglaciación de los últimos 423.000 años. Su análisis ha confirmado que estos ciclos son gobernados principalmente por las variaciones del calor recibido del sol a medida que varía la órbita de la Tierra debido a complejas interacciones gravitatorias. En el contexto de estos ciclos astronómicos, conocidos como ciclos de Milankovitch, la cuestión es entonces saber qué papel amplificador puede haber desempeñado el CO2 atmosférico. Esta pregunta puede responderse mediante un examen muy sencillo de las pertinentes relaciones de causa y efecto a la luz de los principios de la lógica establecidos por Aristóteles hace 2500 años.

Según el principio de no contradicción, una proposición y su contraria no puede ser verdaderas al mismo tiempo. Sin embargo, la evidencia paleo-climática muestra que los periodos de altos niveles de CO2 no preceden a los períodos de altas temperaturas sino que son posteriores a los mismos y sistemáticamente más largos. Por tanto, si es la temperatura la que aumenta antes que el CO2 y si los períodos de CO2 elevado duran sistemáticamente más que los períodos de altas temperaturas (es decir, que las temperaturas empiezan a bajar aunque los niveles de CO2 se mantengan elevados), la lógica refuta la creencia de una relación causa-efecto entre aumento de dióxido de carbono y aumento de temperatura. La evidencia, por cierto, tampoco muestra fluctuaciones en los niveles de CO2 de corta duración similares a las mostradas por las temperaturas.

¿Qué puede ocurrir entonces? Resulta que la atmósfera contiene una cantidad ínfima de CO2 en comparación con los océanos, y que la solubilidad del CO2 en el agua disminuye al aumentar la temperatura. Por lo tanto, el contenido de CO2 de la atmósfera se ha ajustado a lo largo del tiempo a las variaciones de temperatura con desfases temporales debidos a la homogeneización química relativamente lenta de los océanos. Un argumento de peso refuerza esta conclusión. El metano es un producto de la actividad biológica que aumenta con la temperatura y se correlaciona perfectamente con ella. Si el CO2 contribuyera al calentamiento atmosférico, sus niveles deberían estar correlacionados con los del metano. Sin embargo, esto no es así en absoluto.

Esta conclusión no contradice en absoluto la existencia del ligero calentamiento observado en las últimas décadas. En efecto, los núcleos de hielo de Vostok revelan la existencia de breves episodios de calentamiento, muy numerosos, a los que curiosamente no se presta atención, y cuya causa puede atribuirse a otros factores tales como las fluctuaciones de la actividad solar. En definitiva, lo que ocurra en unas pocas décadas ofrece poca información sobre la evolución climática, cuya unidad de medida se acerca más a la decena de miles de años.

Que los efectos del CO2 sobre el clima son mínimos no es, ni mucho menos, una conclusión nueva, aunque los que ya lo han establecido sobre otras bases científicas chocan con el pretendido “consenso” sobre la cuestión. En realidad, esta noción de consenso no es pertinente aquí, porque la historia de la ciencia no es más que un largo paseo por el cementerio donde descansan en paz las ideas aceptadas sin discusión durante mucho tiempo. Más bien, sirve de justificación para desterrar del debate cualquier idea heterodoxa que cuestione el dogma. Como ha experimentado el autor de estas líneas, el rasgo más inquietante del debate sobre el clima es el deseo de descalificar de entrada al adversario arrastrándolo a otros campos no relacionados con el problema, en lugar de ofrecerle comentarios críticos a los que podría responder científicamente. Sorprendentemente, el libre debate en que se ha basado el progreso científico en la Historia ha sido sustituido por acciones propias del totalitarismo como la difamación, el intento de silenciamiento y la persecución del disidente bajo amenaza de ostracismo. Quizá Aristóteles, con su lógica, pensaría que esta violencia y esta imposición son en sí mismas un indicio de en qué lado del debate se encuentra la verdad.


© Pascal Richet
'EL FUEGO, MOTOR DE LA CIVILIZACIÓN' 
Artículo del físico Pascal Richet publicadoen Expansión 26-6-21



Un hijo es una pregunta que le hacemos al destino





Un hijo es como una estrella
a lo lejos del camino;
una palabra muy breve
que tiene un eco infinito.

Un hijo es una pregunta
que le hacemos al destino.
Hijo mío, brote nuevo,
en mi tronco florecido,
si no sé lo que será de ti
cuando me haya ido;
si no es mío tu mañana
¿por qué te llamo hijo mío?

El tiempo, como un ladrón,
quiere robarme a mi hijo
y llevárselo muy lejos
hacia un mañana indeciso,
donde no pueda abrigarle
con el sol de mi cariño.

-íEs mío!- le grito al Tiempo,
y el Tiempo responde -íEs mío!
Y así me lo va llevando
poco a poco de mí mismo,
igual que a una rama el viento,
igual que a una flor el río.

íMano cerrada y cruel
del porvenir indeciso;
abre un poco, que yo vea
lo que traes a mi hijo!

Es, en mi vida toda,
lo que tengo por más mío,
íy no puedo ni quitarle
una piedra en su camino!

íQué vana cosa es el hombre!
íQué vano es su poderío!

A eso que es toda su vida
y que es todo su cariño,
¿por qué con tan loco orgullo
le llama el hombre hijo mío?
¿Acaso es suyo el mañana?
¿Acaso es suyo el destino?


José María Pemán