El presidente en funciones de la Generalidad de Cataluña, Artur Mas, rompe todo lo que toca. Ha roto su partido, ha roto el país entre los que quieren la independencia sí o sí y los que no la desean y ahora ha roto a la CUP en dos mitades. Dos mitades tan exactas que parece hecho adrede. Se dirá, sin embargo, que no lo ha roto todo. Que ha forjado Junts pel Sí. Un espejismo de aluvión que solo sirvió para enmascarar unas elecciones autonómicas que Mas tenía perdidas, pero que tarde o temprano acabará por romper también.
En los interrogantes está el truco
Es decir, la probabilidad de que ocurra un empate considerando votos independientes y equiprobables no es tan baja. De hecho es la más alta de cualquier otro resultado individual (que no con el total, la probabilidad de que no sea empate es 100% – 1.44% = 98.56%). Podéis probarlo fácil, por ejemplo de que hayan salido 1500 de síes (o noes) y 1530 de lo contrario.
1,4% cae dentro de lo posible. Lo que es interesante es la probabilidad de que entre 3030 votantes no haya habido un solo abstencionista.
ResponEliminaSi tomamos que en la población base (los militantes de la CUP) hubiese habido un 5% de abstenciones la probabilidad de que entre 3030 delegados no hubiese ni un solo abstencionista es de de 0,95 a la potencia 3030 o sea 3 x 10 a la potencia menos 68. O sea un cero, una coma, 67 (sesenta y siete) ceros y luego un tres. Esta probabilidad es inferior a que una persona juegue trece veces a la loteria y las trece veces le toque al Gordo.