—La gran cultura árabe clásica siempre ha estado al margen de la religión. No hay ningún autor árabe que haya escrito poesía, novela, teatro, si no es al margen y en contra de la religión. Los místicos musulmanes fueron grandes herejes. La religión ha sofocado las culturas árabes. No hay grandes universidades musulmanas, no hay grandes laboratorios musulmanes, no hay gran cultura árabe: la religión musulmana lo ha impedido, siempre. No puede escribirse poesía, no pueden escribirse ensayos o novelas, respetando una legislación coránica que comienza por negar la identidad de la persona. Un poeta como Claudel, un novelista como Bernanos, pueden ser al mismo tiempo, grandes escritores y grandes creyentes. La religión católica les permite esa libertad. Eso es impensable en las sociedades árabes musulmanas. Las mujeres han sido y son las primeras víctimas de esa tiranía religiosa.Más...
—Algunas películas, una saudita, una marroquí, varias iraníes, alguna kurda, hablan de una suerte de revuelta de las mujeres en algunas sociedades árabe / musulmanas. ¿Cree posible la emergencia de un movimiento de liberación de la mujer musulmana?
—Ese movimiento es una realidad. Pero los Estados apoyados por occidente siguen persiguiendo a las mujeres que sueñan con un estatuto de ciudadanas libres. Ese comportamiento occidental rinde un flaco favor a la libertad de los pueblos, en general, y a la libertad de las mujeres, en particular. El islam ha separado de manera espantosa lo masculino y lo femenino. El hombre domina e impone una ley tiránica. La mujer se convierte en un objeto sexual, que se usa, se compra, se vende, y se tira. En la religión musulmana se institucionaliza de alguna manera la relación entre el amo y el esclavo, la esclava. La mujer es un sexo mecánico, al servicio del deseo y el placer del hombre. Daesh, culminación histórica de una forma bien actual de «Estado islámico», compra y vende mujeres. Las niñas son las mujeres que se venden más caras: son vírgenes. A los asesinos dispuestos a matar se les promete ir al paraíso, donde los esperan un montón de vírgenes / esclavas, para que pueden realizar sus fantasías después de muertos.
—¿Qué hacer para intentar ayudar a las sociedades árabes víctimas de la teología musulmana y para intentar combatir las amenazas criminales que amenazan a las sociedades libres?
—Intentar favorecer la separación de la religión y el poder político. Los regímenes políticos pueden cambiar, evolucionar. Cuando la religión y la palabra coránica son la única todas las libertades están en cuarentena. Las mujeres están jugando un papel importante: aspirando a la libertad, están contribuyendo a cambiar las mentalidades. El hombre árabe musulmán más modesto es víctima de la pobreza y la ignorancia, favoreciendo la miseria sexual. Combatir la miseria sexual a través de la cultura es una forma de ayudar a los pueblos árabes a salir del pozo negro donde se encuentran.
"La principal virtud de la democracia es que deja obsoleta la revolución"
"La revolución consiste en imponer tu fantasía política a todos los demás"
"Los científicos deberían ir a donde les lleve su ciencia, no sus ideas políticas"
"Pensar suele reducirse a inventar razones para dudar de lo evidente"
"No es una de las dos Españas la que nos hiela el corazón, sino la atroz semejanza entre quienes creen que hay dos"
divendres, 25 de març del 2016
Adonis, el gran poeta sirio: «La religión musulmana ha impedido siempre la gran cultura árabe»
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