dimarts, 8 de març del 2016

La reforma laboral eleva un 50% los contratos fijos de los parados que encuentran trabajo


CONCLUSIONES

España ha reformado su mercado de trabajo en más de una decena de ocasiones en los últimos treinta años. La última gran reforma ha sido la reforma del año 2012. Aunque ésta ha sido, sin duda, una de las reformas más amplias y profundas junto con las de 1984 y 1994, hasta el momento no contábamos con una evaluación rigorosa de sus efectos. El objetivo de este informe es aportar evidencia causal sobre el impacto de la reforma sobre algunos de los aspectos más controvertidos de la misma: las nuevas reglas de contratación y de despido. Usando información sobre una muestra de casi 200.000 trabajadores empleados y desempleados en España durante los años 2006-2014 y aplicando una estrategia de identificación basada en un diseño de discontinuidad o “discontinuity design” similar al descrito en Hahn et al. (2001), tratamos de identificar el cambio en las series temporales de contratación y despido ocurrido en España a partir de febrero de 2012 que puede ser atribuido al efecto de la reforma aprobada en esa fecha, utilizando un modelo econométrico de duración para la tasa de salida del empleo y el desempleo.

Nuestros resultados indican que la reforma laboral de 2012 parece haber aumentado la probabilidad de salida del desempleo hacia un empleo indefinido, tanto en términos absolutos como relativos frente a la alternativa del contrato temporal. Como resultado, podemos decir que la reforma tiende a reducir en cierta medida el grado de dualidad de nuestro mercado laboral. En efecto, nuestro análisis confirma que, como se obtuvo en OCDE (2014), la reforma ha aumentado la probabilidad de salir del desempleo al empleo indefinido haciendo que la correspondiente tasa mensual de transición aumente desde un 1,7% hasta un 2.6%, en promedio, durante los primeros doce meses en el desempleo. No obstante, debido a que la salida al empleo temporal sigue siendo, con diferencia, la opción más probable, el efecto agregado de este aumento en la probabilidad de transición al empleo indefinido sobre el stock de trabajadores con contrato indefinido no es muy relevante a corto plazo.

Por otra parte, el efecto de la reforma sobre las transiciones desde el empleo al desempleo parece ser muy distinto para el empleo temporal y el indefinido. Por una parte, para los trabajadores con contrato temporal, la reforma sí que ha supuesto una cierta reducción en sus ritmos de destrucción de empleo, seguramente porque las empresas están haciendo uso de las nuevas medidas de flexibilidad interna puestas a su disposición de cara a acomodar sus necesidades de ajuste. Sin embargo, para los trabajadores con contrato indefinido no encontramos evidencia de que la reforma haya supuesto ningún efecto significativo en sus pautas de despido. Este resultado podría deberse a la reducción de los costes de despido de los trabajadores con contrato indefinido, que podría haber contrarrestado los efectos de las medidas de flexibilidad sobre las tasas de despido

Los resultados del estudio sugieren que la reforma laboral aprobada hace ahora cuatro años ha supuesto, sin duda, un cambio relevante en las relaciones laborales en España. Las mayores tasas de salida del desempleo al empleo, especialmente al empleo indefinido, hacen que las duraciones medias estimadas en el desempleo en nuestra muestra pasen de 12.5 a 11 meses a causa de la reforma y las menores tasas de despido de los trabajadores con contrato temporal hacen que las duraciones en el empleo de estos trabajadores pasen, en media, de 10.5 a 13.3 meses. Estos cambios supondrán, sin duda, una menor tasa de paro de equilibrio para la economía española. Sin embargo un cálculo riguroso de este nuevo nivel de equilibrio exigiría una modelización más cuidadosa que queda fuera del ámbito de estudio de este informe.

En cualquier caso, podemos usar la variación predicha por nuestro modelo en la salida del desempleo al empleo indefinido (de en torno a un 50%) y la caída en un 11% en la probabilidad de ser despedido si se está trabajando con un contrato temporal para hacernos una idea aproximada del cambio en los flujos entre empleo y desempleo que pueden haberse producido a causa de la reforma laboral. Si aplicamos la primera variación al stock de desempleados observado en promedio entre 2012 y 2015 se obtiene una reducción anual del desempleo de en torno a 24.000 efectivos que son, en su totalidad, nuevos puestos de trabajo indefinidos creados anualmente gracias a la reforma. Si hacemos lo mismo con la caída en la probabilidad de ser despedido para los trabajadores con contrato temporal, obtenemos una reducción adicional del desempleo de otros 47.000 efectivos anuales. Aunque estas cifras han de interpretarse con precaución por nuestra imposibilidad de distinguir entre desempleo e inactividad y por la existencia de efectos adicionales de la reforma no considerados en nuestro modelo, la suma acumulada de estos efectos sugieren que la reforma podría haber sido responsable de aproximadamente un 32% de la reducción observada en la serie de desempleo desde marzo de 2012 a diciembre de 2015.

En cualquier caso, el hecho de que en España todavía siga siendo casi cinco veces más probable salir del desempleo a un empleo temporal que a uno indefinido apunta a un efecto positivo pero aún insuficiente de la reforma en términos de reducción de la extrema dualidad laboral de este mercado, lo que indica que será necesario un mayor esfuerzo para reducir de manera sustancial dicha dualidad de cara a conseguir un funcionamiento más eficiente del mismo que genere unas mayores tasas de crecimiento de la productividad y del bienestar.

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