"La principal virtud de la democracia es que deja obsoleta la revolución"
"La revolución consiste en imponer tu fantasía política a todos los demás"
"Los científicos deberían ir a donde les lleve su ciencia, no sus ideas políticas"
"Pensar suele reducirse a inventar razones para dudar de lo evidente"
"No es una de las dos Españas la que nos hiela el corazón, sino la atroz semejanza entre quienes creen que hay dos"
dimecres, 31 d’agost del 2016
La incompatible moral del burkini
Suelo leer los artículos de Ferran Caballero no por qué coincida a menudo con sus puntos de vista sino por qué algunas veces introduce matices que me llevan a la acera de enfrente, y no me interpreten mal. En este caso, ese matiz empieza y acaba en el titular de su artículo: In dubio, pro burkini.
Durante un tiempo también tuve mis dudas al respecto. Dudas que he intentado despejar. Y he llegado, tras bastante debate, a una conclusión: una sociedad puede ser, por ejemplo, multiracial pero difícilmente multicultural y nunca multimoral. Digo multimoral y no multireligiosa porqué las dos cosas no son exactamente lo mismo. Me refiero a los códigos de conducta que todas las sociedades tienen para regular las relaciones entre las personas allí dónde no llega la ley. Unos códigos básicos que me indican lo que yo espero de los demás y lo que los demás esperan de mí. Cuándo esos códigos son incompatibles, la convivencia se hace difícil y acaba siendo imposible y la sociedad regresa, y perdonen el tópico, a la ley de la selva.
¿Cómo resolver el conflicto? En primer lugar, aceptando lo obvio: dos morales que son contrapuestas en muchos aspectos no pueden convivir impunemente. O nos quedamos con la existente o adoptamos la importada, pero un max-mix no parece haber funcionado en ninguna parte. En segundo lugar, y antes de recurrir a la prohibición, deberíamos sortear con mucho pragmatismo algunos de los problemas consuetudinarios que la moral importada nos plantea. En el caso del burkini en la playa, con la segregación. De la misma manera que en muchas partes hay un espacio para los nudistas y otro para los textiles, que exista un tercer espacio para esas supertextiles que son las burkinesas.
¿Resolvería eso el problema? Si la decisión de llevar el burkini fuera libre, una opción personal de cada mujer musulmana, sí. Si, por el contrario, responde a una 'señal moral' que, como todo principio moral, quiere imponerse a los demás, entonces no. Lamentablemente, en la manifestación del burkini hay mucho más de lo segundo que de lo primero.
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