La sorpresa viene porque Dolores no había dicho a nadie que su hijo cumplía años o que pretendía comprar tomates, arroz, patatas y huevos. Simplemente el supermercado sabe sus consumos habituales mediante los tickets de compra o la tarjeta de crédito que utiliza para pagar.
Incluso cuando llega a casa desde el súper, llaman y le dicen: "¡Le llevamos una botella de aceite!, porque usted compró patatas, huevos y ya no le queda aceite para hacer la tortilla. La botella de la semana pasada seguro que se le ha acabado, porque gasta una por semana." Es la minería de datos.
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