La revolución en Estados Unidos no la encabeza John Bachtell, Chomsky o Sanders. La lidera un millonario conservador, prepotente, misógino y soez, llamado Donald Trump. Para escarnio de la izquierda, Trump se ha convertido en el candidato de la clase obrera estadounidense. De esa clase obrera blanca, de mediana edad, masculina, católica o no evangelista, con una formación insuficiente y obsoleta, que ve menguar sus ingresos y peligrar su puesto de trabajo, si no lo ha perdido ya. Pero no sólo eso, cada día que pasa Trump se convierte también en el candidato de franjas transversales de electores de otras clases sociales y profesionales.
Donald John Trump, nacido el 14 de Junio de 1946, es el candidato de los que se sienten inseguros. De los que han perdido poder adquisitivo y nivel de vida por la crisis. De los que no ven perspectivas de mejora ante el estancamiento económico y social que las políticas keynesianas no han sido capaces de superar. Es el candidato de los que tienen miedo. Las encuestas le dan a Trump más de un 50% de intención de voto entre los ciudadanos con ingresos inferiores a 50.000 $ anuales.
Es el candidato de los que piensan que los inmigrantes quitan los puestos de trabajo a los estadounidenses, que el libre comercio arruina a las empresas norteamericanas en beneficio de China y otros países extranjeros, de los que temen a un gobierno federal cada vez más grande y más entrometido, de los que rechazan por 'corrupto' el 'establishment' de Washington y de los que se sienten humillados en su orgullo nacional por la erosión sufrida en el liderazgo mundial de los EEUU en los últimos ocho años.
Ante esos problemas, Trump se ha erigido en el más genuino voto de protesta. Envidiosa, la izquierda radical se ha lanzado a impedir su avance, por la fuerza física si es preciso. Ya se han dado episodios de violencia contra Trump en Chicago y otros lugares. Y se está organizado una llamada 'primavera democrática' que pretende llevar a cabo la 'mayor acción de desobediencia civil del siglo' en EEUU. Anonymous ha declarado 'fascista' a Trump como eximente de los ilegales ataques informáticos que piensa ejecutar contra él y que ya ha empezado al hacer público su número de teléfono y de la seguridad social.
La izquierda sale a la calle contra Trump -un caudillo entre Perón y Chávez- por un programa que, en gran medida, es el suyo. ¡Ah! tiempo de paradojas en que la izquierda celosa vuelve a levantarse en armas contra el candidato de la clase obrera.
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