dimecres, 6 d’abril del 2016

¿Cómo explicar lo bueno y lo malo de la banca offshore a un niño de cinco años? [The Guardian]


Una ilustración de un niño y su madre
Cuando le dan dinero, José lo suele poner en una hucha, que está en un estante de su habitación. Su madre comprueba de vez en cuando el estado de la hucha para saber cuando pone o saca dinero.
Una ilustración de un niño y su secreto bancario alcancía
Pero puede llegar un día en que José no quiera que su mamá le controle la hucha, por lo que decide llevar a casa de su amigo Juan una hucha adicional, que éste guardará en su habitación. José escribe su nombre en la nueva hucha y la guarda en el armario de Juan, cuya madre siempre está muy ocupada y no suele controlar la hucha de su hijo. Así que la casa de Juan es un buen lugar para tener una hucha secreta. 
Una ilustración de un montón de huchas
Muchos niños del barrio creen que es una buena idea y deciden llevar a la casa de Juan una hucha adicional. Ahora, el armario de Juan está lleno de huchas de niños del vecindario. Un día, sin embargo, la madre de Juan mira el armario y ve todas las huchas. Se enoja y llama a los padres de todos los niños para hacérselo saber.
Una ilustración de una madre enojada con Johnny
Ahora bien, no todos los niños ocultaron su hucha en casa de Juan por una mala razón. Tomás, el hermano mayor de Pedro, siempre le roba dinero de su hucha, por lo que sólo quería un mejor escondite. María quería ahorrar para comprar a su mamá un regalo de cumpleaños sin su conocimiento y Rosa sólo lo hizo porque pensó que era divertido.
Una ilustración de tres niños traviesos
Sin embargo, otros niños lo hicieron por una mala razón. Jaime estaba robando dinero a otros niños y no quería que sus padres lo supiesen. Isabel lo robaba del monedero de su madre. Y los padres de Marcos lo han puesto a dieta y no quería que supiesen cuando iba a comprar chuches.

En la vida real muchas personas muy importantes también esconden su hucha en la casa de Juan en Panamá. Y hoy, todas sus madres se enteraron. Muy pronto sabremos cuáles de esas personas importantes lo estaban haciendo por malas razones y cuáles lo hacían por buenas.


The Guardian






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