Dedicarse a la gestión de lo público significa asumir las responsabilidades de tomar decisiones, acertar o equivocarse. Esconderse tras las faldas de un plebiscito para evitar tomas decisiones impopulares o como estrategia para proteger los propios intereses demuestra –más que una alta sensibilidad democrática- una falta de coraje preocupante. Tiene poco de política y mucho de demagogia.Leer el artículo completo, aquí
"La principal virtud de la democracia es que deja obsoleta la revolución"
"La revolución consiste en imponer tu fantasía política a todos los demás"
"Los científicos deberían ir a donde les lleve su ciencia, no sus ideas políticas"
"Pensar suele reducirse a inventar razones para dudar de lo evidente"
"No es una de las dos Españas la que nos hiela el corazón, sino la atroz semejanza entre quienes creen que hay dos"
dimecres, 6 d’abril del 2016
El mito de la democracia participativa
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